A veces, pequeños síntomas que pasan desapercibidos pueden ser más relevantes de lo que parece. Así ha quedado de nuevo manifiesto en un estudio publicado en el Journal of the American Heart Asociation, en el que se afirma que las personas que al hacer ejercicio de una forma moderada (andar, por ejemplo) se quedan rápidamente sin aliento tienen un mayor riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular en el futuro.

Para llevar a cabo la investigación se seleccionó a un grupo de 625 personas. En primer lugar, se calculó el riesgo de sufrir una enfermedad cardíaca o accidente cerebrovascular en 10 años de cada uno de los participantes. Más de cuatro años después, se les evaluó mediante una prueba que consistió en “una caminata extremadamente lenta”, según subrayan los expertos. En concreto, cada persona tuvo que caminar durante 5 minutos en una cinta de correr a una velocidad reducida con el objetivo de determinar su fatigabilidad. 

Cansada

Tras analizar todos los casos de forma particular, los investigadores encontraron que todas aquellas personas que tenían un porcentaje de riesgo cardiovascular más alto coincidían con aquellos para los que esta simple tarea de andar les resultaba agotadora.

Aunque parece una obviedad, lo cierto es que es un indicativo más para poder predecir las posibilidades que tiene un individuo de padecer una enfermedad cardiovascular, la principal causa de muerte en todo el mundo según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Y no solo eso. Los expertos creen que el número de muertes por esta circunstancia aumentará en los próximos años hasta llegar a la dramática cifra de más de 23,6 millones en el año 2030 en todo el mundo. Esta nueva evidencia se une a otras como los datos de la presión arterial, que también son signos de que se puede desarrollar una enfermedad cardiovascular en el futuro si no se pone remedio.

En este sentido, aseguran que para reducir el riesgo de enfermar, el secreto es de sobra conocido: llevar a cabo una alimentación saludable en la que baje el consumo de grasas saturadas, grasas trans y sodio y aumente el de verduras, frutas, frutos sectos y semillas.

Playa

También es muy importante practicar al menos 150 minutos cada semana de ejercicio anaeróbico moderado, como caminar a paso ligero. Así lo ha aconsejado la OMS que ha subrayado también que no tiene por qué realizarse todo a la vez, sino que se puede ir alternando durante el día.

Las conclusiones del estudio animan a las personas a tener en cuenta este tipo de señal si se produce en algún momento de su vida. No hay que hacer nada especial, basta con medir el nivel de fatiga haciendo ejercicios de baja intensidad en la vida cotidiana. El único problema de la investigación es que no realizó una prueba para comparar la fatigabilidad de los participantes antes y después, por lo que no se sabe en qué medida produjo un descenso o aumento de la misma.