José Manuel Villarejo se ha sentado por primera vez en el banquillo de los acusados. El juicio es por calumnias contra el exdirector del CNI, Félix Sanz Roldán, y ha explicado detalles que van más allá de la causa. El excomisario ha detallado cómo intentó infiltrar a una fuente marroquí que avisaba del riesgo de un atentado en Barcelona. No obstante, el CNI lo rechazó porque decía que la fuente no era fiable. "Desgraciadamente, así acabó ocurriendo en la Rambla", ha señalado Villarejo. También ha denunciado cómo el CNI puso en peligro sus fuentes filtrando una fotografía suya en Melilla en una operación secreta antiterrorista. Los hechos tuvieron lugar dos años antes de los atentados de Barcelona y Cambrils.

En su declaración ante el juzgado, José Manuel Villarejo ha detallado que "una fuente muy importante advirtió del riesgo del atentado que tendría lugar, como ocurrió lamentablemente después en la Rambla". En este sentido, el excomisario ha puesto de manifiesto que "el CNI dijo que no era fiable porque antes había trabajado para ellos pero en realidad era un espía marroquí". Fue en 2015 cuando intentó infiltrar esta fuente sin éxito.

Por otra parte, el excomisario Villarejo ha explicado que, después de un viaje a Melilla, realizó diferentes notas internas "sobre el riesgo que suponía que algunos imanes en Catalunya en realidad fueran agentes del servicio secreto marroquí". Ha subrayado que estas notas forman parte de sus archivos personales, aunque imagina que "las habrán expurgado y eliminado como tantas otras cosas que molestan".

Hoy se celebra en un juzgado de Madrid el juicio contra Villarejo por presuntos delitos de calumnias y denuncia falsa contra el exdirector del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) Félix Sanz Roldán, y contará con la declaración por videoconferencia de la examiga de Juan Carlos Corinna Larsen desde el Reino Unido. La vista se ha celebrado después de que se haya aplazado en cuatro ocasiones a causa de la pandemia de coronavirus y a pesar de los trastornos causados por Filomena.

Ha sido la primera vez que Villarejo se ha sentado en el banquillo de los acusados. Pero podría no ser la última, a juzgar por las dimensiones del caso Tándem y sus muchas ramificaciones, en las cuales se investigan los trabajos del excomisario.

Dos años de prisión

Por este caso, la Fiscalía Provincial de Madrid le pide un total de dos años de prisión: un año de prisión, la inhabilitación especial para el ejercicio del derecho al sufragio pasivo durante el tiempo de la condena, y 20 meses de multa con una cuota diaria de 20 euros, por el delito de denuncia falsa; y otro año y la misma inhabilitación, por el de calumnias.