El volcán de La Palma no se detiene y sigue engullendo propiedades. ¿Qué pasará con estos terrenos una vez el volcán deje de erupcionar?
La respuesta no es del todo clara. Ahora mismo, en España no hay ninguna ley que contemple un caso así, pero lo más probable es que todas las tierras se las quede el Estado.
La ley sí que contempla algunos casos, como cuándo cambia el curso de un río o cuando el mar gana terreno a una propiedad privada: en estas circunstancias, los terrenos pasan a ser públicos. Por lo tanto, eso podría ser un precedente.
La riqueza patrimonial que ha creado la lava del volcán hace posible que el ejecutivo quiera declarar la zona como espacio natural y, en este caso, no tendría tampoco ninguna obligación legal de compensar a los vecinos. Otra cosa es que, por moral, lo haga.
Posibles soluciones
Sin embargo, el Gobierno de Canarias está trabajado ya en un borrador de decreto ley para poder recalificar los terrenos necesarios y ressituar "con urgencia e inmediatez" las casas o instalaciones que se han visto afectadas por la erupción volcánica. De momento, no hay nada decidido y tanto el ejecutivo español como el canario ya han dejado claro que no se abandonará a los vecinos.
Lo mismo pasará con los terrenos de cultivo afectados por la erupción. Según los expertos, podrían volver a ser útiles para la agricultura en un futuro, pero no será hasta dentro de un tiempo. El terreno resultante de una erupción volcánica es el suelo más fértil del sino, pero que para poder ser utilizado primero tiene que meteorizarse, un proceso que puede alargarse décadas, especialmente en las Islas Canarias causa de su clima subtropical.
En definitiva, ahora está en manos de las administraciones qué hacer con las propiedades. Algunos han propuesto que intercambien los terrenos a sus propietarios con otros de nuevos o que se construye un nuevo pueblo para los afectados. Sin embargo, saber qué pasará con estas tierras es un interrogante.
¿Y qué pasará con el nuevo terreno que se ha creado?
El terreno que la lava del volcán gane al mar será automáticamente dominio público marítimo terrestre, es decir, propiedad del Estado. De acuerdo con la Ley de Costas, estas tierras pertenecen al dominio público marítimo terrestre estatal los "terrenos o islas que estén formadas o se formen por causas naturales en el mar territorial o en las aguas interiores de los ríos, hasta donde se hagan sensibles las mareas". Por lo tanto, los terrenos serán "inalienables, imprescriptibles e inembargables".
En más, en la medida en que estos bienes son públicos, la Constitución Española establece asimismo que tanto la zona maritimoterrestre, igual que las playas, el mar territorial y los recursos naturales de la zona económica y la plataforma continental, están regulados por la Ley de Patrimonio del Estado y el Patrimonio Nacional para su administración, defensa y conservación.