Llega el 8 de marzo y, aunque el feminismo se reivindica y practica cada día, es una buena oportunidad para que te acerques y entiendas la lucha. Esta batalla no es sólo la de las mujeres, que están cansadas de ser "nazis" por defender la igualdad, sino que tiene que ser compartida y entendida por todo el mundo. Desgraciadamente, ningún lugar ha conseguido nunca la igualdad de género y las disparidades, la exclusión y el machismo (en sus diferentes formas) siguen dando lugar a grandes injusticias a nuestra sociedad. Es por eso que te explicamos qué se reivindica en un día como hoy a través de veinte conceptos que ya es hora que aprendas.

En primer lugar, una de los conceptos básicos que seguro de que te suena es el de "brecha de género", que son todas aquellas desigualdades que hay entre hombres y mujeres en un ámbito concreto, que actualmente que no son pocos. Esta puede ser laboral — porque las mujeres tenemos el techo de cristal y a pesar de estar más formadas no accedemos a los sitios de poder o porque nos responsabilizamos de las tareas de cuidadoy sufrimos más precariedad y temporalidad—; social, porque no tenemos las mismas oportunidades; salarial, porque por hacer el mismo trabajo cobramos más de un 20% menos; o incluso sexual, porque el placer de los hombres siempre prevalece. En este punto, también hace falta que aprendas otro concepto, el "falocentrismo", que es la actitud que se basa en hacer del pene el centro indiscutible de cualquier relación sexual, dejando de lado si las personas con vagina tienen o no placer. Eso también es una forma de machismo que perdura hoy en día, sólo hace falta repasar nuestros referentes pornográficos o saber que hasta el año 1998 no se estudió completamente la anatomía del clítoris.

Los machismos se explican, en parte, por la misoginia interiorizada que sufrimos todos y todas, que es la aversión a todo aquello femenino, es decir, despreciar, desvalorizar y denigrar aquello que hagan las mujeres. Aunque puede sonar duro,en nuestro día a día hay miles ejemplos, como las conductas paternalistas que sufrimos o la cosificación. La cosificación es el hecho de contemplar a las mujeres como objetos, valorarlas y juzgarlas por su apariencia y anularlas moralmente. Estos son algunos ejemplos:

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Marcela Topor es una periodista con una amplia trayectoria profesional, Chenoa tiene un gran talento vocal y las deportistas que aparecen en estos noticias son profesionales con miles de horas de trabajo y entrenamiento detrás. A pesar de eso, la prensa las reduce y las juzga para su cuerpo.

En esta línea, otra palabra que tienes que conocer es el slut-shaming, un comportamiento que desgraciadamente todavía reina en nuestra sociedad. Es la actitud, heredera del cristianismo, de culpabilizar a las mujeres por sus comportamientos o deseos sexuales. Parte de la creencia que las mujeres son sexualmente pasivas y, por lo tanto, no merecen respeto si muestran su deseo o, incluso, su cuerpo. Cuando un hombre tiene este comportamiento es reconocido como un "campeón", mientras que cuando lo hace una mujer es juzgada como "promiscua".

Nuestra sociedad se basa en el androcentrismo, porque siempre, desde los inicios de la humanidad, se ha puesto al centro de todo el hombre y sus puntos de vista. Sólo hay que mirar como se explica la historia. De hecho, para comprobar cómo todos los relatos son masculinos sólo hace falta que hagáis el Test de Bechdel. Se trata de pensar en cualquier película u obra y hacerse tres preguntas: ¿Hay más de dos personajes femeninos con nombre propio? ¿Hay escenas en que sólo hablen personajes femeninos entre ellos? ¿Cuando hablan entre mujeres, lo hacen de alguna otra cosa que no sea de hombres? Lamentablemente, la mayoría de referentes no pasan el test.

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El Test de Bechdel aplicado a series y películas populares.

¿Y cómo se explica todo eso? Pues a partir de la causa de todos los males: el patriarcado. Es el hecho que nuestra sociedad esté organizada de manera que son los hombres quienes tienen las posiciones de poder y los que toman las decisiones. En definitiva, todo aquello considerado femenino se invisibiliza y se subordina, mientras que el hombre, aquello masculino, tiene la supremacía por el simple hecho de serlo. Para que eso sea así, el sistema nos prepara para seguir perpetuando los roles a través de la construcción del "género". Según cómo nacemos, nos imponen normas, valores y comportamientos asociados y aceptados socialmente por cada rol. Eso no sólo es perjudicial a las mujeres, sino que los hombres también son afectados, ya que siempre tienen que mantener la posición que se les asocia. Como consecuencia se genera la masculinidad frágil, que es la reacción que tienen los hombres cuando consideran que su masculinidad, la idea social que tienen que ser fuertes, dominantes e independientes, se ve amenazada. En el lado contrario están las nuevas masculinidades que son modelos alternativos de masculinidad que no están asociados a la dominación.

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Un ejemplo de masculinidad frágil.

Todas estas actitudes muchas veces se traducen en micromachismos, que son acciones que pueden parecer pequeñas o irrisorias pero que demuestran la misoginia que tenemos dentro. Hay algunos ejemplos como el mansplaning, que viene de "man" y "explaning" y es aquello que hacen muchas veces los hombres de hablar a las mujeres dando por hecho que ellos saben más. Sea cuál sea el tema y sin tener ningún tipo de autoridad, ellos se lo otorgan. También está el manterruption, la expresión que define las interrupciones innecesarias por parte de un hombre a una mujer en medio de una explicación o discurso. Y el manspreding, la ocupación de poder con el lenguaje no verbal. Este es un ejemplo:

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También hay que hablar de la violencia machista. Puede ser física, psicológica, sexual, económica, simbólica, doméstica, obstétrica (cuándo los profesionales de la salud dominan nuestros cuerpos) o vicària (cuándo la violencia es hacia los hijos en común), entre muchas otras. En esta línea hay que saber qué es la "ginòpia", que es la tendencia a omitir el punto de vista de la mujer en casos de violencia machista, y el "victim blaming", la culpabilización y cuestionamiento de las víctimas y no de los agresores. Por ejemplo, juzgarlas por su forma de vestir.

Para acabar, dos conceptos optimiste. El "empoderamiento", que en clave feminista quiere decir que las mujeres se autoricen de una vez por todas como individuos en la sociedad. Que rompan cadenas, cojan las riendas y se atrevan a tomar partido. Y la "sororidad" que viene de "soror", hermana, y tiene que ver con la hermandad femenina. Es decir, que las mujeres se dejen de ver como competencia, como bien enseña el sistema, y empiecen a entender que la lucha es compartida y que la igualdad sólo se conseguirá juntas.