Europa está sorprendida por la nefasta situación que atraviesa España. La gestión de la pandemia de COVID19 ha levantado las faldas del reino, y parecen comenzar a darse cuenta de que aquí estaban más preocupados por mostrar una fachada que por hacer las cosas bien. 

La administración de justicia, la toxicidad de la clase política y la incapacidad de actuar en beneficio de toda la sociedad, más allá de intereses e ideologías políticas ha hecho que todo se precipite.