Las salvajes cargas de la Policía Nacional y de la Guardia Civil el 1 de Octubre de 2017 siguen grabadas en la retina de millones de catalanes y, sobre todo, de los que mientras intentaban votar pacíficamente resultaron gravemente heridos por una actuación policial que se saltó su propio protocolo. 1.066 personas resultaron heridas de mala manera por las policías españolas. Es el caso de Marta Torrecillas, a la que tiraron por las escaleras e hicieron la técnica de los dedos en el Instituto Pau Claris de Barcelona. "¡Cero diálogo! Me arrancaron los papeles que llevaba en la mano sin pedirme nada ni hablar de nada. Me cogieron y me tiraron por las escaleras de forma salvaje", recuerda Marta cinco años después en una entrevista en vídeo en ElNacional.cat. Diego Duran también defendió las urnas jugándose la piel, en este caso se encontraba detrás de la valla que había justo en la entrada del Pau Claris. "Tengo los golpes de mazo clavados en el cerebro", asegura en declaraciones a ElNacional.cat tal y como podéis ver más adelante en varios vídeos que ponen los pelos de punta. También hablamos con Marc Bosch, el entonces alcalde de Dosrius, en El Maresme. "Me dirigí a la Guardia Civil con las manos alzadas en señal de paz y no me quisieron escuchar. Me empujaron contra el resto de vecinos y nos machacaron con porras, patadas... Acabé en el Hospital de Mataró", recuerda el exalcalde.

"Siempre serás española", "fea, cerda, zorra"

"Siempre serás española", "fea, cerda, zorra" son sólo algunos de los mensajes que recibió Marta Torrecillas en su WhatsApp tras el 1 de Octubre. Marta llevó las urnas al Instituto Pau Claris de Barcelona a las cinco de la mañana del mismo 1 de Octubre. Poco después de abrir el colegio electoral llegaron las policías españolas a golpes de mazo, sin abrir boca, ¡no dijeron ni una palabra! "Me arrancaron los papeles que llevaba en la mano sin pedirme nada ni hablar de nada. ¡Cero diálogo! Me tiraron por las escaleras y me hicieron la técnica de los dedos, que consiste en cogerte la mano e inmovilizártela. Te rompen los dedos para que no tengas fuerza y no te puedas defender. Hace mucho daño. Es una técnica militar y policial (ver vídeo). El Pau Claris en un auténtico campo de batalla. Se llevaron las urnas y este colegio no pudo volver a abrir", recuerda Marta en esta entrevista en ElNacional.cat:

 

Los golpes de mazo nos podían haber matado

Diego Duran defendió las urnas del Pau Claris jugándose la vida. "Llegaron y se pusieron a pegar la valla a golpes de mazo y los que estaban en primera fila recibían porrazos en el pecho y en la barriga. Los golpes de mazo nos podían haber matado. Defendimos las urnas y la democracia con nuestro cuerpo. Daban golpes y golpes sin escrúpulos. Tiraban y arrastraban a la gente por el pelo y de cualquier manera. Fue muy caótico, estresante y el sentimiento de rabia e impotencia fue brutal. Tengo el cloc, cloc, cloc de los golpes de mazo clavado en el cerebro", asegura Diego a ElNacional.cat.

 

Un guardia civil me pisó las gafas a propósito

El 1 de Octubre de 2017, Marc Bosch era el alcalde de Dosrius y también sufrió en primera persona las duras e indiscriminadas cargas de las policías españolas. Primero, a las nueve de la mañana y pocos minutos, atacaron a los votantes de Canyamàs, el núcleo más pequeño de este municipio de la comarca de El Maresme. "Nos asustamos muchísimo y empezamos a recibir noticias de que estaba pasando lo mismo en casi toda Catalunya. Nos planteamos si la votación tenía que seguir o no. Cuando acabó la carga pudimos reabrir el lugar de votación con otra urna. Entendíamos que no estábamos haciendo nada mal hecho y que, por lo tanto, teníamos que continuar", explica el exalcalde. Más tarde, al mediodía, la Guardia Civil también se presentó en la escuela Castell donde votaban los vecinos de Dosrius. "Yo, como alcalde, intenté parar la carga policial. Quería evitar que hicieran daño a más gente de mi municipio, la intención era hablar con ellos, dialogar y que nos enseñaran una orden judicial o alguna cosa. Me dirigí a ellos con las manos levantadas en señal de paz y no me quisieron escuchar. Me empujaron contra el resto de vecinos y vecinas y nos empezaron a pegar a todos con porras, patadas, empujones... Varias personas resultamos heridas. Yo mismo acabé en el Hospital de Mataró con contusiones desde las piernas hasta la nuca, incumpliendo el protocolo de uso de la porra (de cintura hacia arriba, no pueden pegar). Acabé con un collarín por una contusión en el cuello", explica Marc Bosch. "Además, un guardia civil me cogió las gafas y las pisó a propósito", se lamenta el exalcalde con una sensación de impotencia brutal.

 

Alguien tiene que pagar por lo que hicieron

El 1 de Octubre 5 años después: el día en que el pueblo doblegó al Estado

Entre Canyamàs y Dosrius resultaron heridas 35 personas. "25 o 30 furgonetas de la Guardia Civil colapsaron el pueblo. Nadie podía entrar ni salir. Los que nos encontrábamos dentro de la escuela quedamos atrapados sin ninguna escapatoria. Veinticinco víctimas presentamos una denuncia conjunta a los Mossos, llegó al juzgado y, al cabo de 15 días, la Guardia Civil abrió diligencias contra mí y contra un concejal. Hay una causa acumulada en el Juzgado de Mataró y una investigación a los dos electos que en aquel momento nos encontrábamos en la escuela. De la autoridad no esperas un comportamiento de este tipo, nosotros denunciamos la carga policial y a quien dio la orden (algún día se tendrá que aclarar). Cinco años después, todas las denuncias de los afectados y la investigación hacia mí y contra el concejal Eduard Garcia todavía está en fase de instrucción. Pendientes de que la juez nos diga cuándo se celebrará el juicio. Nos investigan por desobediencia grave y resistencia grave a la Guardia Civil. Hay muchos casos abiertos contra alcaldes y alcaldesas que ya se han archivado o ya han ido a juicio. Que cinco años después todavía haya una causa judicial abierta y que no sepas si habrá juicio y si te condenarán o no es muy angustiante. Pido que se acelere el proceso judicial y que se aclaren los hechos. Nosotros estamos determinados con la acusación a la Guardia Civil porque lo que pasó el 1 de Octubre no tendría que haber pasado nunca. Alguien tiene que pagar por lo que hicieron", sentencia Bosch.