"Llarena somos todos". Así ha titulado el exletrado del Tribunal Constitucional, Joaquín Urias, el último auto del Tribunal Supremo, que carga contra la decisión de la justicia alemana y abre la puerta a cambiar la rebelión por la sedición. "No fundamenta lo que tendría que resolver pero hace mucha política, con amenazas a Puigdemont y críticas furibundas a los jueces alemanes", sintetiza el jurista. "Este es el nivel de nuestro Tribunal Supremo estos días", remacha. Lo describe como una "palateta" y un "desatino".

En este sentido, el profesor de Derecho Constitucional critica que este auto, que ratifica la negativa al permiso de Jordi Sànchez para la investidura, "pone una piedrecita más en la degradación de nuestro Estado de Derecho por parte del poder judicial". Urias acusa al alto tribunal de tener una "bola de cristal" cuando sostiene que una investidura de Sànchez "pondría en riesgo la vigencia del ordenamiento jurídico" y provocaría movilizaciones que alterarían la convivencia. "¿De dónde lo saca? Misterio", ironiza.

Por otra parte, el jurista también carga contra el Supremo porque, "sin venir a cuento", ataca "de malas maneras" al tribunal alemán que denegó la extradición de Puigdemont por rebelión. "Discrepa de otro tribunal y lo embiste con una irritación evidente", afirma Urias.