La magistrada del TSJC que instruye la querella contra los miembros del Govern de la Generalitat por el referéndum acaba de ordenar a los Mossos d'Esquadra precintar los colegios electorales y requisar el material para poder hacer la votación el 1 de octubre.

Mercedes Armas toma el control de la Fiscalía que ayer dio la misma orden a la policía catalana y que los Mossos han advertido de los problemas de orden público que puede provocar.

Cuando interviene un juez, el fiscal tiene que detener sus instrucciones, y en este caso, y sólo 4 días antes del referéndum, la actuación del TSJC obliga a dar un giro.

La magistrada pide prácticamente lo mismo que la Fiscalía, pero hay algunas diferencias. Algunas de ellas complicarán todavía más la organización de la jornada y otras le dan aire. Como por ejemplo, no cerrar íntegramente los locales de votación, sino dejar abiertos los espacios donde no van las urnas y permitir votar en la calle, en el caso de que las mesas no se puedan constituir dentro.

En su instrucción, la Fiscalía prohibía montar el dispositivo de votación a menos de 100 metros de los colegios electorales y obligaba a precintarlos íntegramente.

La magistrada tampoco pide que se desalojen los locales ni que se detenga nadie, a diferencia de la orden de la Fiscalía.

Lo que complica un poco más toda la operación es que Armas, consciente que los Mossos, ni son suficientes ni están muy de cara a obedecer la orden de cierre de los locales porque eso puede provocar desórdenes públicos, ordena también a la Guardia Civil y a la Policía Nacional, precintar colegios y requisar material.