El gobierno del PP no sólo sigue manteniéndose impermeable en las críticas que han surgido hacia Federico Trillo con motivo de la publicación, el pasado martes, del informe del Consejo de Estado sobre el accidente del YAK-42, en el 2003, sino que además, el decreto de cese que publica el BOE este sábado, firmado por el ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis en nombre del rey Felipe VI, incluye un agradecimiento por los "servicios prestados" por Trillo en la embajada de España en Londres, un detalle que el monarca español no tuvo con Artur Mas cuando este dejó el cargo de presidente de la Generalitat de Catalunya.

Efectivamente, mientras el Boletín Oficial del Estado del pasado viernes incluye esta fórmula de cortesía, el BOE del 11 de enero del 2016 -justo hace un año-, firmado por Mariano Rajoy también en nombre del rey, evitaba ningún agradecimiento a Mas, un hecho que fue percibido como una muestra implícita del rechazo a la figura y el papel político del presidente Mas por parte de la Casa Real que, además, se sumaba al desprecio que supuso que el monarca no recibiera a la presidenta del Parlament de Catalunya, Carme Forcadell, para que le comunicara, como se ha hecho desde 1980, el nombramiento del nuevo president de la Generalitat, Carles Puigdemont.

De hecho, con el agradecimiento a los servicios prestados, el gobierno español deja claro que Trillo no ha sido obligado a dejar el cargo, sino que abandona el cargo de embajador a petición propia. Es una forma de cerrar filas frente a las críticas al ex ministro de Defensa de la práctica totalidad de las fuerzas de oposición.

Mínima rectificación

El martes pasado, cuando el asunto del IAK-42 parecía definitivamente enterrado, el Consejo de Estado publicó un informe en que dictaminaba, con 13 años de retraso, que el gobierno del PP de la época, y en particular el ministro de Defensa, Trillo, había actuado de forma incorrecta al contratar un servicio de transporte aéreo que no ofrecía garantías mínimas de seguridad para las tropas que volaban entre España y Afganistán. Eso provocó una avalancha de demandas de dimisión, procedentes, tanto de los familiares de las víctimas, como de los diferentes partidos políticos y también de círculos diplomáticos.

En realidad, el ministro ya había sido reprobado en la época por la Comisión de Defensa del Congreso, pero el proceso judicial sobre el caso se cerró sin ninguna condena para Trillo. Posteriormente, este fue nombrado embajador en Londres, a pesar de no conocer el inglés, una decisión que generó muchas críticas.