El pleno del TC se reunirá el lunes a la una y media para evaluar si hay que tomar ya medidas contra la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, después de que el miércoles se votaran en el hemiciclo las conclusiones del Proceso Constituyente. El tribunal ya advirtió a los miembros de la Mesa que tenían la obligación "de impedir o paralizar cualquier iniciativa que suponga ignorarlo".

Tanto en esta ocasión como en la anterior, el TC ha actuado en sintonía con los postulados que ha expresado el gobierno del Partido Popular. Entonces, suscribieron que la comisión de estudio tenía que ser anulada, y ahora inician un proceso contra Forcadell, después de que esta mañana el Consejo de Ministros haya acordado presentar un incidente de ejecución de sentencia. Al texto se acusa la presidenta "de haber permitido la votación" y pide una querella por vía penal.

El 92 de la Ley Orgánica del órgano será el artículo con el que deberá guiarse el TC, y donde se establecen los mecanismos que le permiten hacer cumplir sus resoluciones. Entre otros puede pedir información a las administraciones y cargos públicos, con un plazo "urgente" en la que están obligadas a responder. Si una vez recibido el informe o superado el plazo considera que las resoluciones se siguen incumpliendo puede hacer uso de cuatro vías.

Las acciones pueden ser: una multa de 3.000 a 30.000 euros que puede reiterar mientras no se cumpla; la suspensión de funciones de los responsables del incumplimiento; pedir al Estado que adopte medidas para asegurar que se cumplen las resoluciones; y finalmente poner los hechos en conocimiento del Ministerio Fiscal para que si lo estima oportuno emprenda acciones penales. El ejecutivo español ha pedido al TC que opte por esta última vía. Según fuentes del TC, la finalidad de todas estas medidas "no es sancionar el incumplimiento de las resoluciones", sino coartar los cargos públicos para que se abstengan de incumplirlas, y por tanto se dirigen sólo a aquellos que –como el ejecutivo español sostiene que ha hecho Forcadell– "se resistan" a hacer caso de lo que dictaminan.