Durante 6 horas, el major, Josep Lluís Trapero, ha ido desgranando un relato ya conocido ante el teniente fiscal de la Audiencia Nacional, Miguel Ángel Carballo.

La primera sesión del juicio, que sólo tenía que ser por la mañana, ha sido intensa. Carballo sólo ha puesto entre las cuerdas a Trapero cuando el major no ha sabido explicar por qué no se impidieron los actos de escuelas abiertas en los puntos de votación. El resto ha sido un paseo del jefe de los Mossos, que busca distanciarse al máximo de la acción de los políticos.

Once meses después de su declaración como testigo en el juicio al procés del Tribunal Supremo, ha vuelto a desgranar los conceptos ya conocidos, como los objetivos de los binomios de los Mossos d'Esquadra el 1-O, los hechos del 20-S y las reuniones en las que aconsejó al Govern desconvocar el referéndum por posibles problemas de seguridad pública.

Pero hoy hemos visto a un Trapero más contundente, que ha revelado cómo vivió el proceso independentista y qué pensaba sobre las acciones previstas por el Govern. Y de esta manera se ha desmarcado como no lo había hecho nunca. Ha calificado de "ilegales" las pretensiones del ejecutivo de Carles Puigdemont y de "barbaridad" algunas de las acciones que se hicieron en el terreno político.

Incluso ha expresado su sorpresa por cómo la ciudadanía se atrincheró para defender las urnas. "Les iba la vida", ha dicho. "Era una actitud difícil de entender y de prever", ha proseguido.

Trapero ha explicado que se requisaron 434 urnas de los puntos de votación, a pesar de todo.

Las "barbaridades" del Govern

El major ha dicho que se sentía "muy incómodo" con la posición que tenía el Govern y las acciones que se estaban planteando. "Dejé claro dónde estaba el cuerpo", ha explicado al fiscal Miguel Ángel Carballo. Trapero ha querido dejar clara su distancia ideológica con los planes del Govern y ha dicho que así "lo comunicó varias veces a Jané". De hecho, Trapero ha expuesto sin problemas los motivos de la dimisión de Jordi Jané como conseller y de Albert Batlle como director general de la Policia.

Según el major, la "incomodidad" de los dos con el ejecutivo de Carles Puigdemont y el proceso independentista y el hecho de no recibir el apoyo de sus superiores hicieron que abandonaran los cargos. Jané se va, según Trapero, por los "actos ilegales que estaba proponiendo el Govern".

 

 

Trapero no se casa con nadie y no ha tenido problemas en decir que no estaba de acuerdo con el proceso independentista que estaba llevando a cabo el Govern y las acciones que estaban planificando y que podían constituir un delito. De hecho, ha tildado de "barbaridad" la declaración de inicio del procés del 9 de noviembre del 2015, en la que constaba "no supeditar a decisiones de las instituciones del estado español". Según Trapero, él ya veía la posibilidad de que fuera delito y que comportara imputaciones: "Lo considero una barbaridad más de las que se estaban haciendo y si constituía un delito, se les imputaría".

El major también ha explicado que hizo todo lo que hacía falta para evitar el referéndum: "Hicimos lo que entendíamos que mandaba aquella orden judicial".

"Tú a mí no me tienes que decir cómo tengo que hacer un dispositivo"

Jordi Sànchez tampoco se ha salvado en la declaración de Josep Lluís Trapero. El major ya dejó claro el distanciamiento con Jordi Sànchez cuando declaró como testigo en el juicio al procés en el Tribunal Supremo, pero hoy todavía ha sido más contundente y ha revelado el contenido de algunas conversaciones telefónicas que mantuvieron el 20 de septiembre, durante los registros en la Conselleria d'Economia.

"'Tú a mí no me tienes que decir cómo tengo que hacer un dispositivo'. Y le colgué el teléfono", ha dicho Trapero durante el interrogatorio de la Fiscalía. Esta fue la última llamada que atendió de Sànchez aquella mañana. También ha explicado que la "conversación airada" que tuvo Jordi Sànchez con sus mandos "no tuvo ningún efecto".

"El señor Sànchez podía decir misa", ha dicho Trapero desvinculando las acciones de la ANC y la convocatoria de la manifestación con el cuerpo de los Mossos d'Esquadra. De hecho, la Fiscalía busca la connivencia, y el major la va desmontando poco a poco.

 

Josep Lluís Trapero ha explicado que el 20 de septiembre, hacia las 11 h, el conseller Joaquim Forn le llamó para avisarlo de que le llamaría Jordi Sànchez para poner en contacto a los responsables de la ANC y los Mossos. "Tenemos un modelo en el cual prima la mediación", ha dicho el major para justificar las llamadas y los contactos. El fiscal ha cuantificado en 30 los intentos y llamadas entre Trapero y Sànchez.

Previamente al 20-S, Trapero asegura que no tuvo "nunca contacto con esta persona", a pesar de que sí que sabía que "era una de las voces cantantes".

 

Los binomios

"Los binomios eran una parte del dispositivo". Trapero lo ha repetido una vez y otra y ha explicado que "eran la respuesta de los Mossos a una parte de un dispositivo conjunto con tres cuerpos de seguridad". Hoy hemos vuelto a escuchar los objetivos de los binomios. Había que controlar 2.200 centros de votación. Según Trapero, "se tenían que tener ojos" en los 2.200 centros y por eso se diseñó el dispositivo que además tomaba acta de la situación para enviarlo a la jueza.

El major de los Mossos ha defendido la estrategia del cuerpo para evitar males mayores, con cargas policiales, y ha cuestionado si habría ido mejor enviar las unidades de orden público a 100 puntos. De hecho, allí donde fueron los antidisturbios de la Guardia Civil y del CNP hubo heridos y no sirvió para impedir la votación porque había censo universal. "No lo pudimos prever ni nosotros ni nadie", ha dicho lanzando una indirecta muy directa a los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado español.

Las disculpas del major

Josep Lluís Trapero ha pedido disculpas y ha admitido el error de enfrentarse al fiscal jefe de Catalunya cuando el presidente del TSJC lo cita a una reunión y se lo encuentra allí. "Reconozco que equivocadamente respondo de la manera menos indicada", ha dicho.

El major lo ha querido dejar claro porque ha vuelto a repetir el mensaje para que no se le escapara al ministerio público: "Me vi violentado, no estuve acertado y le reconozco el error".

El 20-S

Josep Lluís Trapero ha convertido su declaración en el juicio en la Audiencia Nacional en un cara a cara con el teniente fiscal Miquel Ángel Carballo, el mismo fiscal que pidió para él prisión bajo fianza hace dos años, cuando lo citaron por primera vez.

En la primera parte del interrogatorio, sobre los hechos del 20-S, ha bastado que Trapero dijera que "venía todo sobrevenido y de diferentes lugares", para que el fiscal haya caído en la trampa de entrar en una defensa de la Guardia Civil. El major ha reprochado de alguna manera que la Guardia Civil no avisara del dispositivo de los registros en los edificios de la Generalitat, como sí que habían hecho otras veces. Carballo se ha atrincherado en el secreto de sumario.

Trapero ha querido poner sobre la mesa que con una buena planificación se habría podido impedir la movilización multitudinaria delante del Departament d'Economia y que, una vez puesto en marcha todo, era imposible pararlo sin consecuencias más graves.

 

El major también ha replicado al fiscal que la movilización era pacífica a pesar de los gritos y las consignas "no pasaréis, no saldréis". "Gritar es una cosa y hacerlo es otra", ha remachado Trapero.

El fiscal también ha hurgado en el tema de los coches policiales y la gente que se subió encima. Pero Trapero tampoco ha cedido: "A mí me puede parecer muy mal eso y muchas cosas. Pero lo que a mí me pueda parecer... Estábamos en un día excepcional, y valoramos que hacer una actuación de orden público, una carga, se nos podía escapar de las manos y fuimos enviando recursos por si eran necesarios".

"Si hubiéramos hecho unas cargas, habría acabado muy mal", ha insistido replicando que la multitud también se subió sobre los vehículos de los Mossos.

 

 

Y nuevamente, en el interrogatorio sale el nombre de Ferran López. La mano derecha de Trapero, realmente lo era y actuaba como tal. Fue él el encargado de coordinar a los Mossos y la Guardia Civil y comunicar los detalles del dispositivo para garantizar la seguridad delante del Departament d'Economia mediante 40 llamadas telefónicas a partir del momento en que la policía española pide la asistencia de los Mossos ante la convocatoria ciudadana. Pero esta reclamación de asistencia no tuvo lugar hasta las 9.30 h.

El major Josep Lluís Trapero ha empezado el interrogatorio de la Fiscalía explicando toda su trayectoria profesional. Trapero accede a major en abril del 2017 después de 10 años de que el cargo estuviera vacante. Y aquí el teniente fiscal Miguel Ángel Carballo ha querido ser incisivo preguntando el motivo por qué estuvo 10 años vacante y en puertas del proceso independentista se le nombra.

Carballo ha querido saber nada más empezar el interrogatorio qué relación tenía con el president Carles Puigdemont. Pero Trapero ha sido claro: antes de su nombramiento no había tenido nunca relación con Puigdemont.

El 20-S

Trapero ha explicado que tuvo conocimiento de los registros en la Conselleria d'Economia a las 8 h. Lo que no recuerda el major es cómo lo supo. "Creo que me llamó algún miembro del cuerpo, pero no se lo puedo asegurar", ha dicho a preguntas de la Fiscalía.

"Constituimos un CECOR para coordinar todo aquello", ha dicho Josep Lluís Trapero explicando que habló con el comisario Ferran López y prepararon un dispositivo por si tenían que enviar efectivos. Los Mossos envían siempre un coche patrulla en registros policiales, "básicamente para casos de corrupción", y este fue el caso del 20-S: "Se envió una patrulla para hacer trabajo de gestión de la seguridad".

Trapero ha explicado que él no envió a Teresa Laplana, jefa del ABP, a la Conselleria d'Economia y que no sabía que estaba de baja.

20-S economía - Sergi Alcàzar

Trapero se ha desmarcado de la autorización de la concentración que acabó siendo multitudinaria, porque dice que nadie le consultó nada y que aquella mañana "estaba apagando fuegos".

La declaración de Trapero continuará mañana a partir de las 10 h, y con las preguntas todavía del fiscal.