Como el ratón y el gato. Así es la declaración de este martes del mayor Josep Lluís Trapero en el segundo asalto de la fiscalía. El mayor ha seguido introduciendo su mensaje de estrategia de defensa para desmarcarse él y todo el cuerpo del Gobierno.

Hoy el mayor ha calificado de "extravagantes" los contenidos de los mails que recibía de sus superiores y ha explicado que "no les hacía ni caso porque me parecían cosas tan extravagantes...". Y ha explicado que la única vez que interviene ante una de las ideas del Gobierno es cuando detecta un mail donde figura el que fue conseller de Justícia Carles Mundó y el director de la Policia, Pere Soler, donde se plantea presentar una querella contra la Fiscalía en nombre de los Mossos d'Esquadra. Y aquí sí, Trapero les interpela: "Ni se te ocurra hacer una querella en nombre de los Mossos".

 

 

A falta de pruebas concretas, el teniente fiscal Miguel Ángel Carballo ha hurgado en uno de los flecos que cuestan más de justificar: ¿por qué los Mossos no blindaron los puntos de votación antes del 1-O, el jueves por ejemplo, y dejaron hacer varias actividades?

Y Trapero ha hecho una cobra: "La mayoría eran escuelas y los niños tenían clase".

 

 

"La orden judicial no ordenaba el cierre de los colegios antes del 1-O. Sólo actos de preparación del referendum, que consideraban que era colocación de urnas... no actividades. Esperábamos a 2 millones de personas en la calle. Se podía generar un problema de seguridad", ha dicho Trapero explicando la orden exacta del TSJC.

Los correos electrónicos de Trapero

El interrogatorio inquisidor de hoy del teniente fiscal Miguel Ángel Carballo iba enfocado a intentar demostrar la connivencia entre Govern y Mossos a partir de los correos electrónicos que recibía Josep Lluís Trapero de sus superiores políticos y del vínculo del plan Ágora con el procés independentista.

El dispositivo Ágora "buscaba la seguridad ante amenazas, escarnios, daños" y no tiene nada que ver con el procés, ha dicho Trapero. También ha negado que se pasara ningún tipo de información al Govern y ha dicho que las comunicaciones eran las ordinarias.

"Las órdenes judiciales tienen su curso y su respuesta y no se les da respuesta con el Ágora", ha remachado.

El fiscal ha querido incidir en el hecho de que los Mossos no claudicaron en ningún momento a las peticiones de Diego Pérez de los Cobos para que las unidades de orden público actuaran, como sí que lo hicieron la Guardia Civil y el CNP el 1-O.

Nuevamente el mayor de los Mossos ha explicado el modelo policial que se aplicó y que es el que se aplica habitualmente en Catalunya: "Una actuación desmesurada podía traer consecuencias graves en aquel momento. Tal como estaba el ambiente social de Catalunya hubiera sido muy difícil de gestionar".

¿"Nos liamos a palos con 10.000 personas? ¿Qué consecuencias tiene eso cuando tenemos diferentes escenarios? Los expertos de la casa valoraban cuál era la mejor manera de actuar", ha dicho el mayor Trapero enfrentándose al fiscal Carballo.

 

A pesar de todo ha especificado el número de agentes que se desplazaron el 20 de septiembre del 2017 al Departament de Economia: En total había 397, de los cuales 260 eran antidisturbios de la Brimo y la Arro.

 

Fue un día que vem tener que ser especialmente cuidadosos. Cualquier cerilla podía encender una hoguera importante

 

Buena parte del interrogatorio se ha encaminado a si Trapero pasaba información a sus superiores políticos, nuevamente para demostrar la connivencia entre Mossos y Govern.

¡Ya!

Sobre los atestados del 1-O, 172 en total, el mayor ha concretado que se pasaron a Fiscalia y no se enviaron en ningún caso al conseller Quim Forn. Sobre las órdenes que recibían previas al referéndum, Josep Lluís Trapero ha expuesto que sólo hablaba con el director general de la Policia, en aquel momento Pere Soler, cuando estas órdenes judiciales implicaban la activación de recursos y materiales. A pesar de que en la orden 3 se pide el secreto de actuaciones, Trapero dice que todas las órdenes acababan saliendo a la prensa y eran públicas.

Y aquí es donde ha llegado la anécdota de la mañana cuando el fiscal ha dicho que hay un correo que se reenvía que dice "Ya! Tenemos pistas". Trapero ha tenido que explicar que la frase correcta es "Ya tenemos pistas", en catalán "Ja tenim pistes" y que no fue ninguna exclamación victoriosa.