El interés internacional por el conflicto político entre Catalunya y España va en aumento habida cuenta que, a pesar de la movilización para neutralizarlo del ministerio de Asuntos Exteriores que dirige Josep Borrell cada, vez son más los representantes políticos extranjeros que quieren escuchar la versión catalana sobre la situación en España. Ayer, el presidente de la Generalitat, Quim Torra, fue recibido en Washington por cuatro miembros de la Cámara de Representantes de Estados Unidos y hoy se reunirá con dos más. Nunca las autoridades catalanas habían conseguido este poder de convocatoria en el Capitolio.

Torra i congressista americà 2 ACN

Y el planteamiento de Torra en este ámbito no es tanto defender la independencia de Catalunya como denunciar la regresión democrática que, a su juicio, se vive en España, y muy especialmente la represión que sufre el movimiento soberanista, cuyos líderes, en prisión preventiva desde hace más de un año, se someterán a juicio en las próximas semanas bajo la acusación de rebelión violenta que juristas de prestigio y tribunales europeos han considerado injusta.

El presidente Torra se reunió por separado en el edificio del Capitolio con cuatro congresistas, Paul Cook y Mario Díaz-Balart, republicanos, y con los demócratas John Lewis y Jihn Raymond Garamendi. Hoy lo hará con dos congresistas más, de los que no se han anunciado los nombres. Torra explicó que no revela los nombres de sus interlocutores antes de reunirse para evitar dar pistas a la embajada española que, según dijo, sistemáticamente ejerce presiones diplomáticas para boicotear su agenda. Esto ya había pasado en época del presidente Puigdemont, ahora en el exilio, y del consejero de Exteriores, Raül Romeva, ahora encarcelado.

El presidente catalán desafía el Estado asegurando que no desfallecerá en la internacionalización del conflicto

"No cejaremos explicando por todo el mundo la grave situación que vive Catalunya -declaró Torra a los periodistas en la explanada del Capitolio- de vulneración de los derechos civiles y las libertades democráticas". Puso como ejemplo por su proximidad en el tiempo las detenciones sin mandato judicial de militantes independentistas que practicó ayer la policía española

Fuentes de la embajada española aseguraron que la legación diplomática "sigue de cerca las actividades del presidente catalán como representante de una comunidad autónoma y prestará especial atención para que dichas actividades se enmarquen en sus competencias constitucionalmente establecidas. La vigilancia -añadió la misma fuente oficial- se extenderá a cualquier actividad o declaración el objeto sea poner en duda el carácter democrático de España y en estos casos la embajada responderá en la forma pertinente ".

Torra i congressista americà 3

Parecía una amenaza de la que el presidente Torra no sólo no hizo caso, sino que respondió con actitud desafiante. "No teme represalias? le preguntaron. "Si tuviéramos miedo a las represalias del Estado español nunca haríamos nada", respondió el president, reiterando que la denuncia a nivel internacional de la represión y la vulneración de derechos civiles en España es y seguirá siendo una prioridad de su Govern.

Torra no dio muchos detalles de las conversaciones con los congresistas alegando un compromiso de confidencialidad. “Nos escuchan y demuestran interés”, señaló. Y  dio a entender que por su parte les había transmitido garantías de que una Catalunya independiente sería un buen aliado de Estados Unidos. No lo dijo explícitamente, seguramente para evitar dolores de cabeza con la CUP, pero se podía interpretar que Catalunya se mantendría comprometida con la OTAN. "A Estados Unidos le interesa un aliado como Catalunya en el sur de Europa que defienda los valores democráticos y republicanos, las libertades y los derechos civiles".

El presidente de la Generalitat volverá hoy en Barcelona tras una gira por Estados Unidos que la ha llevado a California, Idaho y el distrito de Columbia donde ha combinado la agenda política y la económica, pero poniendo el énfasis por encima de todo, en que la lucha de Catalunya es un combate democrático por las libertades, los derechos civiles y la autodeterminación.