La presidenta del Parlament, Laura Borràs, ha interrumpido esta mañana la sesión de control al Govern a raíz del insulto que uno de los diputados de Vox, Antonio Gallego, ha dirigido al president de la Generalitat, Pere Aragonès. La tensión ya había empezado con la intervención del presidente del grupo de Vox, Ignacio Garriga, que ha llamado la atención al president porque no se giraba para hablarle cara a cara. "Le agradecería que esta vez se girara y demostrara un poco de educación", ha reclamado. Aragonès no se ha girado, y Garriga le ha reprochado que había demostrado "una vez más su falta de educación y su indecencia". No obstante, lo que ha acabado de exasperar a los diputados de Vox ha sido que Aragonès les comparara con el nazismo y el fascismo.

En su pregunta, Garriga había denunciado que los grupos independentistas y el PSC se habían repartido cargos institucionales y ha rechazado una televisión pública que "dilapida" decenas de millones de euros o que "el biógrafo de Puigdemont", en referencia a Xevi Xirgu, controle los medios de comunicación públicos. Aragonès ha empezado su respuesta agradeciendo de manera irónica el hecho de que la intervención de Garriga no se hubiera realizado rodeada de botellas de licor como la de Hermann Tertsch en el Parlamento Europeo. A continuación, ha reprochado que los ataques a las instituciones democráticas han sido una constante a lo largo de la historia de la extrema derecha, ha recordado que lo hacía "el fascismo italiano, el nacionalsocialismo en Alemania o el fascismo en la España de los años 30".

"Corregir si tiene la valentía"

Esta referencia ha provocado irritación en los escaños de la extrema derecha y los diputados de otros grupos que se sientan cerca han oído como Gallego soltaba un "hijo de puta", lo cual han denunciado ante la presidenta. Borràs ha interrumpido el pleno para denunciar que le habían advertido de "insultos absolutamente intolerables" dirigidos a Aragonès, y ha ofrecido la oportunidad que el parlamentario señalado, al cual no ha identificado, pidiera disculpas.

 

Garriga ha pedido la palabra para reclamar que también se emplazara a Aragonès a mantener la corrección, pero Borràs no ha permitido que continuara. Ha insistido en que solo había pedido que la persona que había insultado a Aragonès pidiera disculpas "si tenía la valentía de hacerlo".

En este punto, se ha levantado el diputado Gallego, que ha pedido disculpas por el insulto. "Pero tiene que entender, y usted es la primera que lo tendría que hacer, que no es normal que el presidente a cada sesión de control nos acuse de nazis", ha advertido antes de que Borràs lo interrumpiera de nuevo para advertirle que los insultos son inaceptables y que el reglamento de la Cámara la autoriza a expulsarlo del hemiciclo por proferir un insulto de esta naturaleza. "Absténgase de hacer comentarios de un insulto que es inaceptable y póngase la mascarilla", ha exigido, advirtiendo que no podía justificar un insulto. El debate ha acabado con Borràs cortando a Gallego con un: "No tiene la palabra".