Buena parte de la investigación de la Guardia Civil se basa en las conversaciones por teléfono que tuvieron los investigados entre ellos o con terceros. La policía fue pinchando teléfonos a medida que iban apareciendo nuevos actores en las llamadas de los tres primeros imputados: Santi Vidal, Lluís Salvadó y Carles Pi-Sunyer.

En alguno de los casos, sin embargo, la Guardia Civil intervino teléfonos antes de pedir la autorización judicial, como en el caso de Rosa Mª Rodríguez de T-Systems.

La policía le interviene llamadas a partir del 5 de julio, pero la autorización judicial no las permite hasta el día 13 del mismo mes. Durante 8 días hay un vacío legal que da argumentos a la nulidad de parte de la causa.

Las llamadas que se captan aquellos días son entre Rodríguez y Josuè Sallent, director de estrategia del CTTI.

En las llamadas no especifican nada sobre el referéndum, ni la constitución de la Hisenda catalana, que es el objeto principal de la investigación, y una vez más la policía especula sobre la importancia y el papel de los investigados en la desconexión de Catalunya de España, lo cual ni está investigando este juzgado, ni, de hecho, tiene competencias porque la causa judicial por esta finalidad ya estaba abierta al TSCJ.

Como referente tienen y utilizan la participación de T-Systems en el 9-N.

El resto de llamadas de Rosa Mª Rodríguez que figuran en el informe de la Guardia Civil que hay en el sumario ya están dentro del plazo autorizado por el juez.

Lo que no está claro es que no haya más llamadas fuera de autorización que aporten más datos a la causa, porque todavía hay una parte del caso bajo secreto de sumario, porque el juez abrió una pieza sólo para las grabaciones que no se ha dado a las partes ni se ha difundido.