La vicepresidenta del Gobierno español, Soraya Sáenz de Santamaría, volverá el próximo sábado a Barcelona. Según ha podido saber El Nacional, en este caso, la vicepresidenta participará en un acto del Partido Popular, probablemente en la capital catalana. Si no hay cambios de última hora, pues, esta será la tercera visita de la ministra de Catalunya en menos de un mes desde que se inauguró la era de la Operación Diálogo.

En esta ocasión, Santamaría llegará en una fecha delicada: el día después de la declaración de la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, ante el TSJC acusada de prevaricación y desobediencia, por permitir que la cámara catalana votara la hoja de ruta independentista. Este escenario, originado por una querella interpuesta por la Fiscalía, contrasta totalmente con el telón dialogante que quiere desplegar en Catalunya el ejecutivo de Rajoy desde hace unas semanas y del cual Santamaría es una de las caras más visibles.

Así pues, menos de 24 horas antes de la visita de la vicepresidenta, Barcelona habrá vivido una jornada de movilización de los sectores soberanistas en apoyo a Forcadell y en contra de la judicialización del procés llevada a cabo por el gobierno español y el Tribunal Constitucional. Las entidades independentistas han convocado un gran acto de apoyo a las 9 de la mañana del viernes a las puertas del tribunal, además de concentraciones en todos los ayuntamientos de Catalunya el jueves por la noche.

El despacho de la calle Mallorca

La última visita de Santamaría fue el miércoles 7 de diciembre, cuando pasó solo ocho horas en la capital catalana pero fueron muy intensas. Aprovechó para reunirse con un grupo de empresarios catalanes, de quien no ha trascendido la identidad. Después de comer, encadenó un encuentro con el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, y con la jefa de C's, Inés Arrimadas.

Anteriormente, la primera visita de Santamaría en esta nueva etapa fue para presidir la toma de posesión de Enric Millo como nuevo delegado del Gobierno español en Catalunya.

Santamaría aprovechó un contacto informal con los periodistas para dejar caer que había pedido que le habilitaran un despacho en el palacete de la Delegación de la calle Mallorca de Barcelona, porque tiene la intención de venir a menudo a Catalunya. "Dos o tres veces al mes", añadió un colaborador de la mano derecha del presidente español.

Previamente, la vicepresidenta aprovechó su intervención pública para hacer un llamamiento al "diálogo y el consenso" pero poniendo como límite el marco constitucional.

"El diálogo constructivo y leal" será el rasgo distintivo de la acción de Gobierno español, aseguró.