La Oficina Española de Patentes y Marcas ha dictado hoy una resolución por la que deniega la inscripción de la marca "Sociedad Civil Catalana" por parte de la asociación presidida por el catedrático de Derecho Internacional Privado Rafael Arenas. El recurso había sido interpuesto por la Comissió de la Dignitat, el Cercle Català de Negocis, la Fundació Catalunya y la Associació de Juristes en Defensa de la Llengua Pròpia.

Un nombre genérico

Según el órgano público, la marca no tenía el carácter distintivo que exige el artículo 5.1(b) de la Ley de Marcas, contraviniendo así la exigencia de que el nombre sea específico. En este sentido consideró que "Sociedad Civil Catalana" es un nombre genérico que designa el conjunto de las entidades y asociaciones no oficiales de la sociedad catalana.

Uno de los otros puntos que también han admitido desde la Oficina ha sido que la incorporación de la bandera catalana no es legal si no se dispone de una autorización preceptiva.

Recurso pendiente

La asociación, que en su fundación se erigió como una especie de Assemblea Nacional Catalana unionista, tiene ahora la oportunidad de interponer un recurso de reposición contra esta resolución. Si ésta, finalmente, no se admite, la asociación tendrá que cambiar su nombre por otro.

De capa caída

Desde la dimisión el pasado mes de septiembre de Josep Ramon Bosch, por una querella interpuesta contra su persona por insultar y amenazar desde un perfil anónimo de Facebook, la organización ha ido perdiendo relevancia. De hecho, este año la entidad ya no convocó la manifestación por el Día de la Hispanidad, que sí había convocado en 2014 y que se venía organizando desde hacía 3 años.

Las supuestas vinculaciones con la extrema derecha también tendrían su importancia. Denunciadas por el fotoperiodista Jordi Borràs, Societat Civil habría recibido apoyo y mantenido contactos con plataformas como Somatemps, Plataforma per Catalunya, Vox o el MSR.