Sobresueldos en forma de trienios y complementos de calidad cobrados de manera indebida; incorporaciones de personal no ajustadas a derecho; gastos sin límites mientras la crisis obligaba a toda la administración catalana a aplicar grandes recortes al presupuesto público... Todo eso sucedió, aunque parezca un contrasentido, en la Oficina Antifrau de Catalunya (OAC) que gestionaba Daniel de Alfonso, según un informe demoledor correspondiente al ejercicio del 2015 elaborado por la Sindicatura de Comptes de Catalunya que se puede consultar aquí. El director de la OAC percibió cerca de 70.000 euros de manera irregular.

El informe de la Sindicatura fue aprobado por el pleno del organismo el 27 de marzo pasado y lo presentó como ponente el síndico mayor, Jaume Amat. Las conclusiones del trabajo, una "fiscalización limitada" de la OAC, según ha informado la Sindicatura, incluyen la revisión del informe del cierre económico y presupuestario y de cumplimiento de la legalidad en el ejercicio de 2015.

Cuando se produjeron las irregularidades dirigía la OAC Daniel de Alfonso, que fue destituido por el Parlament el 29 de junio de 2016 después de trascender sus conversaciones con el entonces ministro del Interior Jorge Fernández Díaz en el marco de la denominada Operación Catalunya, que pretendía desacreditar líderes soberanistas catalanes con pruebas fabricadas.

Como reveló este diario en julio del 2016, De Alfonso incluso falseó el registro de actividades de la OAC para camuflar los varios viajes que hizo en Madrid en relación con la trama de la Operación Catalunya. También se conocían sus desplazamientos por todo el mundo a cargo del presupuesto de la Oficina, con un coste de unos 130.000 euros. 

Trienios y complementos

El informe señala que De Alfonso ingresó 49.086 euros en concepto de trienio sin tener derecho a ello "al ser un alto cargo". El entonces director se atribuyó siete trienios generados en la Administración de Justicia —es juez— "como si hubieran sido generados en la OAC".

Además, el director de la OAC y su directora adjunta, Maite Masià, cobraron un "complemento de calidad de 20.005 y 9.271 euros", respectivamente, al que no tenían derecho en tanto que eran altos cargos. Por si fuera poco, De Alfonso y el jefe de Área de Administración, recursos Humanos y Presupuestos "se aplicaron porcentajes superiores al 5,0% de lo establecido en las bases de cálculo del complemento de calidad sin justificación alguna".

Gasto no realizado de 468.122 euros

En cuanto a la gestión presupuestaria, el informe destaca que las modificaciones de crédito no se tramitaron de acuerdo con la normativa. La OAC imputó al presupuesto del ejercicio de 2015 "gasto no realizado" por valor de 468.122 euros "que corresponde a provisiones de gasto para créditos no consumidos". Igualmente se pone de manifiesto en las conclusiones del informe que la OAC "no aplicó medidas de contención de gasto equivalentes a las adoptadas por la Generalitat".

También se describen irregularidades con respecto a la contratación de personal. El sistema de provisión de las plazas de la oficina —56 dotaciones de personal funcionario, laboral o eventual— era de libre designación. La Sindicatura entiende que "el régimen de vinculación de las plazas y el sistema de provisión no se ajusta a derecho". Durante el ejercicio de 2015 se incorporó el personal funcionario "de forma directa, sin convocatoria pública para cubrir las plazas", incumpliendo la normativa.

Los altos cargos de la OAC no formularon la declaración de actividades ni la declaración patrimonial y de intereses. Además, siempre según el informe de la Sindicatura, para el resto de personal, la OAC tampoco facilitó la declaración de actividades que debería haber formulado, según la normativa vigente.

El papel de Gimeno

De Alfonso fue sustituido por Miguel Ángel Gimeno. El nuevo director se comprometió ante el Parlament a investigar las posibles irregularidades de la etapa de su antecesor —como ha puesto de manifiesto el informe de la Sindicatura de Comptes—. Pero, según fuentes internas de la OAC "no se ha hecho nada", lo que ha contribuido a incrementar el desprestigio de un organismo que, por definición, debería ser ejemplar.

"Nos dedicamos a controlar y lo hacemos peor que todo el mundo?", denuncian las fuentes consultadas por El Nacional, que consideran que Gimeno debería haber querellado contra De Alfonso para evitar "el ridículo" en el que está cayendo la Oficina . "¿Qué credibilidad podemos tener cuando el nuevo director sabe lo que ha hecho mal el anterior y se queda de brazos cruzados?", han insistido.