El senador flamenco Mark Demesmaeker (N-VA) ha presionado a España para que acabe con la irregularidad que supone que el president en el exilio, Carles Puigdemont, no pueda visitar la Catalunya en este lado de la frontera cuando sí puede ir al resto de Europa. "¿Qué es lo que no entiende el Estado español?", se ha preguntado sin ambages.

Demesmaeker se ha pronunciado en este sentido en un vídeo que ha enviado a la oficina europarlamentaria de Puigdemont, Clara Ponsatí y Toni Comín que se inauguró ayer en Barcelona. "Es una vergüenza para la UE que Puigdemont, Ponsatí y Comín no puedan volver libres a su casa", ha insistido.

Ha recordado que durante la última Diada en Barcelona le enseñaron las obras de la oficina parlamentaria y celebra que ahora ya se haya inaugurado. "España tiene a gente exiliada, pero no puedes exiliar ni prohibir las ideas", ha advertido. Y ha subrayado que seguirá luchando por la autodeterminación de los pueblos.

 

 

Mientras tanto, el diputado de la Asamblea francesa Sébastien Nadot (Movimiento de los progresistas) también ha manifestado que "España suprime los derechos fundamentales de la UE" al impedir que Carles Puigdemont no pueda entrar en el Estado español.

"Tengo que expresar mi inquietud por la supresión de los derechos fundamentales de la UE en un país esencial como es España, donde eurodiputados escogidos por gente del Estado español no se pueden presentar ante sus electores y no se pueden trasladar a su país. Tengo una inquietud fuerte por la democracia [en España]", ha añadido.

Nadot ha valorado muy positivamente por eso la inauguración de la oficina parlamentaría de Puigdemont, Clara Ponsatí y Toni Comín en Barcelona, y ha insistido en que es un "fuerte símbolo" de "la democracia que tiene que renacer, y por la que hay que combatir por ella de forma permanente".

Carles Puigdemont, Toni Comín y Clara Ponsatí inauguraron ayer jueves en el Born de Barcelona la oficina, y este fue el hilo conductor de las intervenciones que protagonizaron desde Bruselas. Les escuchaban dentro de la oficina barcelonesa la cúpula de Junts, los representantes de esta formación en el Govern, y miembros del Consell per la República, de la ANC y de Òmnium. En la calle, más de 300 personas seguían el acto, encajados entre las terrazas llenas de turistas y paseantes. Ante la afluencia de público, al final del acto se presentó la Guardia Urbana, por las quejas de un vecino.

En las intervenciones, los eurodiputados recordaron las dificultades que tuvieron que superar para conseguir primero presentarse a las elecciones y después tomar posesión de sus actas. "No nos lo pusieron nada fácil, antes de salir al campo habían expulsado a tres jugadores", recordó Puigdemont en referencia a la negativa de la Junta Electoral a aceptar las listas. "Pero no nos han hecho callar", remachó.

Puigdemont, que apeló los presentes a ser "euroexigentes", subrayó que una vez en la Eurocámara no se quedaron instalados en el escaño, sino que han conseguido que "la causa catalana sea más europea que nunca".