A raíz de las elecciones españolas, Sociedad Civil Catalana ha hecho varios movimientos para ganar visibilidad. La plataforma, liderada por Joaquim Coll, siempre ha sido muy cuestionada por sus vínculos con la extrema derecha. A pesar de todo, se presenta como una entidad moderada que defiende las ventajas de la unidad territorial.

Una definición, sin embargo, que no cuenta con muchos adeptos en Catalunya. Lo cierto es que el peso de SCC en el universo político catalán es insignificante. En este punto, es especialmente relevante que haya abierto contactos en Madrid.

Asumiendo que en Catalunya ha tocado techo, desde el punto de vista estratégico, ganar cuota mediática y establecer buenas relaciones con los partidos que se oponen frontalmente a la independencia, en el tablero político español, es la única alternativa para conseguir ser un interlocutor relevante.    

    

Buscando el mercado español

Seguramente por eso, después de las elecciones españolas, la polémica plataforma unionista se entrevistó con el grupo parlamentario de Ciudadanos en el Congreso. Más discreta, o eso pretendía al PSC, fue el encuentro con el primer secretario de los socialistas catalanes, Miquel Iceta, en su despacho de la calle Nicaragua, de Barcelona.

SCC apuesta por un gobierno de los socialistas con C's y ve con buenos ojos el acuerdo de 200 puntos rubricado por ambas formaciones porque “blinda la unidad territorial de España”. En cualquier caso, la mejor opción para SCC es introducirse en la arena política española de la mano de Albert Rivera; es un win-win tanto para SCC –que ganaría legitimidad–, como para C's que podría contar con una “entidad civil” que alimentara el relato del ahogo independentista en Catalunya.  

Toque de atención al Gobierno español

Habiendo abierto la partida en el tablero español, la plataforma españolista también intenta sacar rédito de la situación política en Catalunya. Esta semana, sin ir más lejos, ha hecho públicos dos comunicados en los que reitera que la moción independentista “es un golpe de estado” y pide al Gobierno español que actúe con contundencia.

“La moción abre el camino a que el Gobierno español y el TC requieran preceptivamente a las autoridades e instituciones catalanas, el retorno a la normalidad democrática de Catalunya”, afirmaban minutos después de aprobarse la moción de la CUP.

La entidad mantiene que esta moción “profundiza en la situación de excepcionalidad que viven los catalanes, con unas instituciones autonómicas que han abandonado su obligación de neutralidad y actúan como administración de un Estado soberano que no existe”.

Nueva campaña contra el procés

Coincidiendo con esta denuncia, SCC también ha puesto en marcha este mes de abril una campaña que tiene como objetivo “demostrar el fracaso del procés”. Se trata, según el presidente de la entidad, Joaquim Coll, de demostrar “el doble engaño al que el Govern somete a los catalanes”.

La campanya consta de cuatro conferencias donde se presentarán las conclusiones de varios informes sectoriales sobre los “riesgos de la desconexión”. El primero de estos estudios sobre la energía nuclear, advierte de la dependencia de Catalunya de la energía eléctrica generada en plantas nucleares. El informe concluye que, en caso de independencia, el riesgo de apagones eléctricos constantes sería altísimo.   

Esta campaña “para evidenciar las falacias del proceso” culminará el próximo 27 de abril con la proyección de un documental sobre “la estigmatización del disidente en Catalunya”.