Societat Civil Catalana (SCC) tuvo su momento de protagonismo ayer durante el programa especial Jo pregunto, en el que el president de la Generalitat, Carles Puigdemont, respondió a las preguntas de un grupo de ciudadanos.

La intervención de la exbibliotecaria octogenaria María Carmen Penacho, miembro de la sectorial de Personas Mayores de la asociación antiindependentista, fue especialmente polémica: criticó la política lingüística del Govern e hizo entender que desde el ejecutivo se fomentaban agresiones como la sufrida hace tiempo por Barcelona con la Selección.

Con tan solo empezar su intervención, Penacho hizo intuir al público asistente y a los espectadores por donde iría la primera pregunta. "Bona nit. Buenas noches a todos", saludó con todo un ejercicio de bilingüismo. Acto seguido, la exbibliotecaria reivindicó en un discurso conciliador los beneficios de hablar dos lenguas.

El tono amable duró poco. Penacho empezó a atacar duramente la política lingüística del Govern y apuntó a una persecución institucional del castellano. "Nos invade la vida cotidiana", explicó indignada, y añadió: "El castellano se trata como una lengua residual, que hay que barrer", afirmación que provocó la indignación del público, que empezó a regañarla.

Con todo, Penacho explicó que en Catalunya "se distorsiona la convivencia" y le preguntó a Puigdemont que cómo podía justificar una política que, según ella, "va contra los derechos de las personas".

El president de la Generalitat respondió con contundencia, sin vacilar. Apuntó que Penacho había sacado conclusiones sesgadas de la política lingüística y, visiblemente molesto, afirmó: "En Catalunya, no hay nadie que desconozca el castellano. En cambio, sí hay personas que desconocen el catalán". Para ilustrarlo, Puigdemont apuntó a los resultados de castellano del informe PISA. "No hagamos un problema donde no existe", afirmó en un momento en que el público se levantó en un aplauso espontáneo.

Penacho interrumpió en dos ocasiones al president e incluso retrasó la pausa a publicidad anunciada por la presentadora Lídia Heredia. Todo para decir que si en PISA se sacan buenos resultados es porque, literalmente, "a los niños catalanes se les pone más fácil". Quería tener la última palabra.

Insinúa que el Govern promueve la violencia

En una segunda intervención, María Carmen Penacho hizo mención de las agresiones sufridas por un grupo de jóvenes de SCC y por Barcelona con la Selección para ilustrar que Catalunya vive en un clima de violencia. "Esto es sólo la punta del iceberg. Es el odio", advirtió y aprovechó para insinuar que el Govern es responsable de las agresiones: "El odio es un sentimiento y éste se promueve".

Ante esta afirmación, Puigdemont respondió con contundencia. Aseguró que desde el Govern "se ha condenado la violencia" y apuntó que los Mossos siempre han actuado para garantizar una "sociedad convivencial. No como otros", en una clara alusión al Estado. El president de la Generalitat volvió a ser aplaudido por el público cuando apuntó que "ninguna propaganda" [como la de Penacho] puede desdibujar" el carácter pacífico de la sociedad catalana.