Un sargento de la Brigada Móvil (Brimo) de los Mossos d'Esquadra, que comandaba seis equipos policiales en una manifestación a favor del rapero Pablo Hasél en febrero del 2021 en la Vía Augusta de Barcelona, ha admitido este miércoles en el juzgado que cuando se dispararon proyectiles de foam no había mucha visibilidad, según fuentes judiciales. Uno de aquellos proyectiles hizo perder el ojo derecho a una manifestante, y por eso el juzgado investiga dos escopeteros de la policía catalana, en no estar claro quien de los dos la hirió, y este sargento, que ha declarado hoy como investigado ante el juzgado de instrucción 1 de Barcelona. El mando ha explicado que pidió permiso al Centro de Coordinación (Cecor) para disparar para garantizar la seguridad de la línea policial y se lo dieron, pero no recuerda ningún incidente con una chica herida ni que lo atendiera el SEM, según informa la ACN. En el lugar de los hechos había barricadas y contenedores quemando que tuvieron que ser apagados con extintores, ha indicado.

Según han declarado fuentes jurídicas, el policía ha respondido al juez y a las defensas, pero no a las acusaciones, y tampoco a la fiscalía, que no se ha presentado a la vista en el juzgado de instrucción número 1 de Barcelona. El abogado de la acusación particular, Xavier Muñoz Soriano, ha lamentado la ausencia de la fiscalía y el hecho de que un funcionario público no haya querido responder a la acusación particular y la acusación pública, ejercida por Irídia. Ante esta situación, Muñoz se ha quejado de que no se ha podido ejercer el principio acusatorio y el sargento "no ha concretado qué órdenes recibió y dio, porque permitió disparar con visibilidad muy mala, por debajo de la distancia recomendada y por encima de la cintura". Muñoz también ha indicado que los responsables de Mossos siguen reiterando que las balas de foam y las lanzaderas son armas de precisión, aunque no se pueda controlar exactamente donde impactará un proyectil.

 

Herida

Los hechos pasaron la noche del 16 de febrero de 2021, durante la manifestación por la libertad de expresión y contra del encarcelamiento del cantante de rapero Pablo Hasél. Al pasar por delante de la comisaría de la Policía Nacional en la Vía Augusta, algunas personas empezaron a efectuar lanzamientos en el cordón policial de los Mossos, que la protegía. Ante este hecho, el máximo mando en terreno de los Mossos solicitó autorización para utilizar a las lanzadoras de foam, recibiendo permiso del jefe del dispositivo desde el CECOR (el Centro de Coordinación conjunto) a las 20:18h. En el momento de los disparos, la persona afectada se encontraba de pie cerca de unos contenedores, a 22 metros del cordón policial, según Irídia. La fuerza del impacto la hizo caer de espaldas. Fue auxiliada por varias de las personas que se encontraban en el lugar, que llamaron a una ambulancia. Irídia añade que en las 20:30h el CECOR tuvo constancia que había una persona herida y activó el SEM, aunque el sargento ha asegurado hoy ante el juez que lo desconocía. El impacto del proyectil de foam provocó a la afectada el estallido del globo ocular, teniendo que ser intervenida quirúrgicamente y resultando en la pérdida irreversible del ojo derecho.

"El sargento era el responsable de cómo los escopeteros dispararon los tiros en la zona y consideramos que tiene responsabilidades", explicó la codirectora de Irídia, Anaïs Franquesa, el mayo pasado. Inicialmente, el juzgado no aceptó la imputación del sargento, sin embargo, la Audiencia de Barcelona dio la razón a Irídia, y hoy ha declarado como investigado.