Novedades. Un sargento de los Mossos de Esquadra es el tercer investigado en el caso de la chica que perdió el ojo derecho por un impacto de una bala de foam, durante el primer día de la protesta por el encarcelamiento de Pablo Hasél, en febrero de 2021 en Barcelona. El sargento era el máximo responsable sobre el terreno de la unidad policial que disparó contra los manifestantes que les lanzaban objetos. Su imputación es una de las novedades conocidas hoy del caso, abierto a partir de la querella presentada por la joven, representada por el abogado Xavier Muñoz.

El titular del juzgado de instrucción 1 de Barcelona aceptó el mayo pasado citar como investigados a los dos escopeteros que dispararon en el cruce de la calle Bosch y Via Augusta  aquel día, hecho certificado por la División de Asuntos Internos de los Mossos, en su investigación interna aportada al juzgado, aunque no aclara al autor. "El sargento era el responsable de cómo los escopeteros dispararon los proyectiles en la zona y consideramos que tiene responsabilidades", ha explicado la codirectora de Irídia, Anaïs Franquesa, que está en la causa como acusación popular. Inicialmente, el juez no aceptó su imputación, sin embargo, la Audiencia de Barcelona ha dado la razón a Irídia para que se lo cite como investigado, y así también garantizarle sus derechos. El sargento está citado para el próximo 1 de junio en el juzgado.

Además, hoy ha declarado como testigo el jefe de la Brigada Móvil (Brimo) en Catalunya, que ha sido solicitado por las acusaciones porque es el que ha firmado el protocolo de uso de las lanzadoras de foam. El jefe policial ha asegurado que esta escopeta "no es un arma de mucha precisión", según fuentes judiciales. Afirmación que ha sorprendido, ya que desde el Departamento de Interior se asegura de que es más precisa y menos letal que las balas de goma, prohibidas por el Parlamento desde el 2014, a raíz del caso de Ester Quintana. "Queremos aclarar otras responsabilidades aparte de la autoría del disparo, porque consideramos que el protocolo no cumple las instrucciones del fabricante del arma, como es que se pueda disparar por encima de la cintura o a menos de 30 metros", ha declarado  Xavier Muñoz. Hoy también declarado, como testigo, un fotoperiodista, que era en el lugar de los hechos.  Uno de los puntos a aclarar es si la chica recibió el impacto cuando estaba de pie o agachada, hecho que incrementaría el dolo causado en el primer caso. La declaración del jefe de la armería ha quedado pendiente.

22 metros

Los hechos pasaron la noche del 16 de febrero de 2021, durante la primera manifestación por la libertad de expresión y en contra del encarcelamiento del cantante de rape Pablo Hasél. Al pasar por delante de la comisaria de la Policía Nacional de Vía Augusta, algunas personas empezaron a efectuar lanzamientos en el cordón policial de los Mossos de Esquadra que estaba protegiéndola. Ante este hecho, el máximo mando en terreno de los Mossos solicitó autorización para utilizar las lanzadoras de foam, recibiendo permiso del jefe del dispositivo desde el CECOR (el Centro de Coordinación conjunto) en las 20:18h. En el momento del disparo, la persona afectada se encontraba de pie cerca de unos contenedores, a 22 metros del cordón policial, según Irídia. La fuerza del impacto la hizo caer de espaldas. Fue auxiliada por varias de las personas que se encontraban en el lugar, que llamaron a una ambulancia. Irídia añade que en las 20:30h el CECOR tuvo constancia que había una persona herida y activó el SEM. El impacto del proyectil de foam provocó a la afectada el estallido del globo ocular, teniendo que ser intervenida quirúrgicamente y resultando en la pérdida irreversible del ojo derecho.

Pruebas

Aparte de las declaraciones pendientes, las acusaciones han adelantado que pedirán más pruebas porque "hay confusión" sobre los tipos de foam usados y la calibración de las armas, según Franquesa. Los escopeteros investigados declararon que aquel día solamente tenían el proyectil llamado SIR-X para disparar (de color negro) y que es más potente, cuando el protocolo fija que tienen que llevar diez proyectiles de este modelo y 10 más del modelo menos lesivo, llamado, SIR.

Además, Muñoz ha detallado que se han volcado las imágenes de un fotógrafo que captó la lesión que sufrió  la joven y que puede aclarar cuál de los dos escopeteros hirió la chica, que califica de delito de lesiones con luto.

En las protestas, que derivaron en disturbios, contra la sentencia del Supremo a los independentistas catalanes y en los disturbios por el encarcelamiento de Hasél, hubo una decena de personas heridas de bala de foam de gravedad y por encima de la cintura, según los datos de Irídia.

Anaïs.jpg
Los abogados Anaïs Franquesa y Xavier Muñoz, en la Ciutat de la Justícia, hoy. / M.P.