La 'nueva' estrategia de ofrecer más inversiones en infraestructuras del gobierno español complace a los de Mariano Rajoy, pero sigue sin convencer al ejecutivo catalán, que tiene claro que no se desviará del debate sobre el procés y el referéndum.

La vicepresidenta española, Soraya Sáenz de Santamaría, ha mostrado este martes por la noche a 8TV su satisfacción por haber conseguido esquivar la cuestión catalana durante su visita a Barcelona y haber desviado la atención del empresariado hacia infraestructuras. Según su opinión, ahora se ha reenfocado el 'diálogo' hacia "las máximas preocupaciones reales de los catalanes".

Santamaría lo tiene claro. "No hemos venido a hacer anuncios ni ofertas, hemos venido a comprometernos", ha asegurado, al mismo tiempo que ha insistido en la Operación Diálogo poniendo de manifiesto que "hay elementos importantes para el diálogo", pero lamentándose que: "Yo no puedo dialogar sobre aquello que no hay capacidad para hacerlo". Precisamente por eso, ha enviado un mensaje a los de Carles Puigdemont soltando que "los gobiernos no podemos vivir de victimismo".

El escenario de juego

Como ya es habitual, Santamaría ha insistido por activa y por pasiva en que su gobierno no tiene ninguna intención de dialogar sobre el referéndum y se ha limitado a proponer que las dos administraciones se pongan de acuerdo para "dar un mejor servicio a los ciudadanos".

Consultar sólo a los catalanes es, a sus ojos, "poco democrático" y por eso ha querido volver a reiterar que "si el diálogo para algunos es negociar el referéndum, se han equivocado de escenario de juego". Como mucho, la vicepresidenta española cede a asumir que "hace falta una reforma de la Constitución" porque entonces sí que se podría celebrar un referéndum por Catalunya; eso sí, en el que votaran "todos los españoles".

Romper relaciones

La okupación de la sede del PP en Barcelona por parte de Arran tampoco ha pasado desapercibida a la entrevista, donde Sáenz de Santamaría se ha atrevido a decir que "me parece muy grave que un partido como la CUP haga un escarnio a un partido democrático como el PP y que la Generalitat no haya roto las relaciones con este partido" y ha aprovechado para señalar directamente el president y vicepresident del Govern: "La culpa no la tiene sólo la señora [Anna] Gabriel, la tiene el señor Puigdemont y el señor Junqueras, que le dan margen", ha puesto de manifiesto.

Y es que, según su opinión, el "conflicto" es con la Generalitat y no con la sociedad catalana porque considera que la institución catalana "ha perdido la neutralidad institucional al haber diferenciado a los catalanes que los votan [...] de los otros a los que se relega su opinión a un segundo plano".