La Operación Diálogo saltó hace semanas por los aires cuando se conoció que Moncloa planeaba -presuntamente- aplicar el artículo 155 de la Constitución para precintar colegios, en caso de referéndum, o bien, la posibilidad de que hiciera uso del 116, es decir, el estado de sitio. Desde entonces, la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría renunció a interlocutar con la Generalitat, y empezó una ofensiva entre ayuntamientos, empresas y otras entidades del tejido asociativo catalán, cediendo el testigo al presidente Mariano Rajoy, que se encontró con su homólogo catalán Carles Puigdemont el 11 de enero en secreto en Moncloa. Pero una vez las inhabilitaciones por el 9-N se han hecho públicas, ambos han decidido coordinar esfuerzos en Catalunya, sin la presencia de Puigdemont, pues coincide con su viaje planeado hace días a Estados Unidos. 

Rajoy, Santamaría y el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, viajarán este martes a Barcelona para anunciar un paquete de políticas para profundizar en la inversión y las infraestructuras, entre ellas, el Corredor Mediterráneo, "como una prioridad", además de verse con empresarios. Al respecto, se ha llegado a especular que hubiera partidas concretas para cada comunidad autónoma dentro de los presupuestos generales del Estado, aunque el pasado Consejo de Ministros el portavoz Íñigo Méndez de Vigo no quiso pronunciarse al respecto. Eso sí, se prevé que el proyecto sea remitido a las Cortes el 4 de abril.

El leitmotiv del gobierno central sigue siendo que el diálogo con la Generalitat "no tiene fecha de caducidad", aunque nadie informa sobre si ha habido más reuniones secretas con Puigdemont. La consigna es que no habrá ninguna pública si es "para salir a bofetada limpia", según fuentes de la Moncloa decían hace semanas, ya que eso generaría malestar entre la ciudadanía. "Queremos hablar de temas que realmente preocupan a los ciudadanos. Si el gobierno de Catalunya no le da importancia, el de España sí", remachó el portavoz De Vigo, el pasado viernes.

La vicepresidenta se ha pronunciado el día antes de su visita, con motivo de la ocupación de Arran de la sede del Partido Popular con urnas. Lo ha hecho a la entrada de un acto del Congreso de los Diputados para homenajear la memoria de José Antonio Alonso, exdiputado socialista fallecido. "Es la radicalidad que está instalando la CUP en Catalunya, llevan una dinámica de marcar un cambio de modelo social radical. La Generalitat está sucumbiendo a esta deriva radical, lo hemos visto en los presupuestos y como están marcando los tiempos", ha acusado Santamaría al Govern. Por eso, ha exigido que se rompa con un partido "que no cree en la democracia, ni en la libertad de expresión", a su parecer.