Los días pasan, mientras la Generalitat y la Moncloa mantienen dos hojas de ruta separadas respecto de la cuestión soberanista que no parece que se tengan que unir en el horizonte. El jefe del gobierno de España, Mariano Rajoy, quiere que Catalunya abandone las aspiraciones de celebrar un referéndum que "liquida la soberanía nacional". Pero la negativa del presidente Carles Puigdemont empuja ahora al Estado a simular vías para parar la convocatoria, mientras la vicepresidenta y ministra de Administraciones Territoriales, Soraya Sáenz de Santamaría, asegura que hay "muchos mecanismos" para hacerlo en el marco de la Ley y la Constitución.

"En este país las instituciones funcionan. Lo haremos con mucho diálogo y buscando la proporcionalidad de las leyes, pero siempre con la firmeza y la fortaleza que requiere un asunto de estas características", ha explicado Santamaría a lo largo de una entrevista al programa Los Desayunos de TVE, justo el día antes de la conferencia de presidentes autonómicos que tendrá lugar en el Senado. Puigdemont estará ausente, al igual que el lehendakari Íñigo Urkullu, pero la Moncloa evita considerar eso como una golpe en la línea de flotación del encuentro y asegura que los catalanes y vascos estarán representados "por el Gobierno de la nación".

Así las cosas, la Operación Diálogo tampoco avanza con los resultados esperados, porque Puigdemont asegura que no hay voluntad de negociar ningún punto de los 45 (46). Pero Santamaría insiste en que esta es una acción a largo plazo. "Muchos ciudadanos se sienten reconfortados que el Estado esté allí preocupándose por sus temas, y hay que mantenerse en el tiempo. Lo he hablado con el PSOE, con el resto de grupos, y hace falta una interlocución directa, estar allí" ha afirmado ante las preguntas sobre si había visto cambios desde que se instaló el despacho en la Delegación del Gobierno en Catalunya.

Aquello que en ningún caso se contempla, y la Moncloa reitera por activa y por pasiva es un referéndum negociado. "No se hará, mire, tenemos muchos proyectos para la sociedad catalana, e Italia y Alemania tampoco permiten referéndums de independencia. Y son países perfectamente democráticos como España" ha insistido, en una respuesta indirecta a la vía que se decidió a la Cumbre por el Referéndum, con el objetivo de incluir los comuns al proyecto.

En esa tesitura, la posibilidad de que el gobierno central tome el control de los Mossos D'Esquadra ante la convocatoria eventual del referéndum, queda como mar de fondo desde que el Tribunal Constitucional avaló el pasado mes de noviembre que el Estado lo podía hacer, en virtud de la Ley de Seguridad Nacional. Esta normativa prevé que a través de un decreto, las policías autonómicas se pongan al servicio del ejecutivo españolas. Preguntado por El Nacional si esta prerrogativa sería usada, el portavoz Íñigo Méndez De Vigo respondió el pasado viernes que no se ponían "en futuribles, pero el referéndum no tiene cabida" en España.