El Gobierno ha reaccionado ante la dimisión del jefe de los Mossos, Albert Batlle, volviendo sobre la idea de que la Generalitat estaría llevando a la expulsión a los menos "fanáticos" y que quieren "cumplir la ley" ante el 1 de octubre. A la metáfora sobre las "purgas" que Mariano Rajoy utilizó la semana anterior tras los relevos en las conselleries, se ha sumado este lunes la crítica de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría afirmando que "en cualquier democracia el Govern de la Generalitat duraría dos telediarios, pero duran un poco más porque no saben cómo reconocer su fracaso".

Santamaría se ha pronunciado así a la llegada al Ministerio de Administraciones Territoriales, donde tiene lugar una reunión para evaluar el desarrollo de los pactos suscritos durante la conferencia de presidentes autonómicos. La vicepresidenta ha atribuido la salida de Batlle a su voluntad de "hacer bien su trabajo y cumplir la ley" de cara a la celebración del referéndum. "Eso pone de manifiesto la dinámica de Puigdemont y Junqueras. La gente que ponía realismo político se ha tenido que marchar de esa administración, se ve obligada a dimitir", ha denunciado la número dos de Rajoy.

En consecuencia, Santamaría ha instado al president y vicepresident catalán a reconocer su "fracaso" ahora o el 1 de octubre, pues mantiene que el referéndum no tendrá lugar y la cadena de dimisiones estaría acentuando la crisis en el Govern. "¿Qué referéndum quieren hacer? ¿A dónde quieren llevar a la sociedad?", ha increpado a la vicepresidenta a la Generalitat, tras insistir en que Batlle había dimitido por "motivos políticos".

Eso contrastaría a su parecer con las acciones del Ejecutivo, que dice que comparte con la sociedad catalana la voluntad de "diálogo", poniendo de ejemplo la reunión en el ministerio. "Ellos tienen un Govern donde quien piensa diferente se tiene que ir", ha añadido. Por ello, ha pedido a los representantes de la Generalitat que "se detengan y analicen su deriva" que lamenta es optar "por despeñarse".