El presidente español, Pedro Sánchez, ha avisado este jueves que el presidente de la Generalitat, Quim Torra, "sabe perfectamente el camino que supondría devolver a la unilateralidad, el desacato y la ruptura de la legalidad". En este sentido, ha insistido en que "el gobierno español tiene muy claro cuáles son los límites" y que "en España se respetan las leyes". Por eso, ha emplazado al presidente de la Generalitat a hablar "dentro de la legalidad".

Así se ha posicionado durante la rueda de prensa posterior a la reunión con el presidente de Colombia, Ivan Duque. Sánchez también se ha dirigido al presidente de la Generalitat para exigirle que "represente a la mayoría de catalanes", cosa que cree que no está cumpliendo, para acabar con lo que ha descrito como una "crisis de convivencia y fractura social".

Sánchez también se ha referido a todos los partidos catalanes para pedirles que "construyan convivencia y no ahonden en la ruptura", al ser preguntado por la polémica creada durante los últimos días en torno a los lazos amarillos. Ha responsabilizado a todos los actores de la política catalana de trabajar para mantener "la convivencia y la seguridad en la calle".

Exhumación de Franco

Sobre la exhumación de Franco, también ha respondido al burofax que la familia del dictador ha enviado a la Moncloa advirtiéndolos de querellas si sacan adelante sus planes para exhumar los restos del Valle de los Caídos. Sánchez ha calificado el aviso de la familia Franco de "amenaza" y ha dicho que la "determinación" del gobierno para sacarlo de la basílica es "firme".

Ha recordado que el viernes el Consejo de Ministros aprobará un siguiente paso y ya se iniciará el procedimiento administrativo para sacar los restos. "Ninguna democracia puede tener un mausoleo rindiendo tributo al dictador", ha sentenciado.

Presos políticos... en Venezuela

Sánchez se ha reafirmado con las palabras que ha pronunciado este mediodía donde aseguraba que "no se puede llamar democracia a un sistema que tiene presos políticos". Esta afirmación ha levantado polémica ya que muchos lo han leído como un acto de hipocresía por parte del presidente español teniendo en cuenta la situación de los presos catalanes.