Tenaz y desafiando a la suerte. Como si de una alegoría a un volver empezar se tratara, el exsecretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha reaparecido en el acto más relevante de su candidatura para las primarias con la misma chaqueta morada que llevaba puesta durante el comité federal del 1 de octubre, cuando recibió el golpe de los críticos, que forzó su dimisión. Era la misma chaqueta morada que vestía en la reunión con el líder de Podemos, Pablo Iglesias, ahora hace más de un año, cuando intentaba ganarse su favor para convertirse en presidente del Gobierno.

"No soy la misma persona que ganó las primarias hace casi tres años, ni tampoco la misma que en octubre" explicaba rodeado por sus fieles, los del "no es no". Estaba la diputada por Zaragoza, Susana Sumelzo, la alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet, Núria Parlon, y así hasta una veintena de "socialistas orgullosos", como explicaba al diputado por Guipúzcoa, Odón Elorza, durante la intervención. "Algunos dicen que hemos sufrido traiciones, yo prefiero decir que hay ausencias" decía una fuente de su entorno más íntimo a El Nacional.

Sánchez ha reaparecido con un programa diferente en materia territorial, dispuesto a complicar la gobernabilidad a Mariano Rajoy. Como adelantaba este diario, el exdirigente de Ferraz ahora aboga para reconocer el carácter plurinacional del Estado. Convencido ya de que puede ganar las primarias al único candidato oficial, el exlehendakari Patxi López, mira tamibén a Podemos con otros ojos y asegura que quiere una "gran coalición de fuerzas progresistas" para acabar con "el único enemigo, que es el neoliberalismo del Partido Popular."

Según el texto, se tendría que introducir una reforma federal de la Constitución, manteniendo que la soberanía reside en el conjunto del "pueblo español", pero "perfeccionando" el artículo 2, para hacer frente al conflicto con Catalunya. La medida no garantizaría el derecho a decidir de la nación catalana porque estaría dentro del significado cultural e histórico. Al contrario, habría una supremacía de la nación española. "La existencia de identidades nacionales diferentes no puede convertirse en un instrumento político de dominación y segregación de unos ciudadanos sobre otros", apunta.

Así las cosas, Sánchez ha reivindicado la voluntad de diálogo entre la Generalitat y Moncloa. "Se tienen que aportar argumentos, no amenazas. Defendemos un modelo territorial con más autogobierno para las comunidades históricas. Queremos una reforma que recupere, afine, y fortalezca" la presencia de varias naciones en el Estado, afirmaba. Sin embargo, sí hay un grito de guerra al Estado propio. "Una eventual independencia en el actual contexto europeo y mundial resulta inviable, y se fundamenta en mitos y falacias que desmontaremos", afirma el texto.

Podemos y los sindicatos

El documento, de unas 33 páginas y titulado Somos Socialistas, por una nueva socialdemocracia, ha sido coordinado por el sociólogo José Félix Tezanos y el economista Manuel Escudero, la exministra Cristina Narbona i Elorza. Estos tres, junto con la diputada por Madrid y antigua jueza Margarita Robles, se han sentado con el exsecretario general en la mesa a cinco del Teatro Fernando de Rojas, en el Círculo de las Bellas Artes de Madrid, en el acto que estaba convocado en las 19.30h, aunque ha empezado más tarde de lo esperado.

En ningún momento los ha citado, pero Podemos es el referente de este giro programático. El documento aboga explícitamente por evitar el enfrentamiento y la "colisión frontal" con las otras fuerzas de izquierda y la cooperación con los sindicatos. Las políticas que avalarían el acuerdo serían el salario mínimo de 1.000 euros, una renta mínima garantizada, o la derogación de la reforma laboral, "para los que sufren la crisis".

Castigado por la gestora y la forma como se habrían ido desarrollando "decisiones en los despachos", el exsecretario general ahora apuesta por devolver el máximo poder a las bases y limitar la constitución de estos órganos provisionales a 90 días. Los pactos de gobierno tendrían que ser también consultados a la militancia, como "columna vertebral del PSOE". Estos mismos serán los encargados de decidir la configuración orgánica de cargos internos, y el comité federal quedaría para asuntos "de especial interés".

Pero Sánchez advierte que eso no es un giro a la izquierda. "Nosotros somos la izquierda y el principal partido que puede liderar el cambio y parar el austericio". El "no es no" que algunos adeptos cantaban a la entrada ha sido respondido por el aspirante a secretari general con un "sí". Sí a plantar cara a López, a la gestora, y también, a Susana Díaz, si formaliza su candidatura a finales de febrero, principios de marzo, como algunas fuentes aseguran que hará.