Llegaban en unas condiciones muy adversas, pero acabaron ganando. Este es el relato que ha construido Pedro Sánchez en torno al fondo de recuperación europeo. Es tan ambicioso que lo ha descrito, nuevamente, como un nuevo "Plano Marshall" y ha fardado "desde la humildad" del papel "determinante" que ha jugado España para vencer las reticencias de los llamados países frugales, encabezados por Holanda. Ha asegurado que han conseguido un acuerdo rápido y sin renunciar a sus líneas rojas: la dimensión y las transferencias a fondo perdido. También ha sacado pecho de su gira europea para acercar "posiciones alejadas". El presidente español ha reclamado que el mismo entendimiento se traslade a España.

El planteamiento inicial de España partía de un fondo de recuperación de un billón y medio euros, que finalmente la Comisión Europea rebajó a la mitad, unos 750.000 millones de euros que también han estado a punto de peligrar en las últimas horas. El gobierno Sánchez-Iglesias también planteaba muchísimo más peso de los subsidios por encima de los créditos; al final, la proporción entre una cosa y la otra será próxima al 50-50%. Como ejemplo, el dinero que recibirá el Estado: 72.000 en transferencias y 68.000 en préstamos. En total, unos 140.000 millones, sobre los cuales el Gobierno pretende edificar los nuevos presupuestos del Estado.

En su comparecencia hoy ante el Congreso, Pedro Sánchez ha pasado por encima las renuncias y cesiones. "Hemos dado un paso más en la historia de éxito común que es la Unión Europea", ha defendido el presidente español. "Europa no tuvo una respuesta acertada en la gran recesión del 2008. Dio la espalda a los ciudadanos cuando necesitaba políticas expansivas", ha comparado. "Europa no podía volver a equivocarse, y no lo ha hecho", ha reivindicado.

 

"El paquete en su conjunto es claramente positivo para España y para Europa", ha asegurado el dirigente socialista. Además de celebrar que esté "constituido principalmente por transferencias", también se ha felicitado porque "no habrá capacitado de veto" de un solo país a los programas del resto de estados miembros. No obstante, para tranquilizar Holanda, se ha aumentado el control por parte de la Comisión Europea. No sólo eso: uno o varios países podrán elevar sus dudas a una cumbre de líderes. El pago de las transferencias se congelará hasta que se haya abordado la cuestión.

Pero nada de todo eso ha aguado el relato del presidente español, que ha señalado el cambio de paradigma de la Unión Europea ante una crisis: "Donde había Troika y hombres de negro ahora hay diálogo multilateral". Ha entrado en el hemiciclo con un grande y extenso aplauso de la bancada del PSOE y Unidas Podemos.

Hacia el final de su intervención, Sánchez ha aprovechado para barrer hacia casa y situarlo como "ejemplo" para la política española, casando a varias familias políticas. "Nadie entendería que partidos españoles que defienden los mismos intereses no puedan llegar a acuerdos", ha sostenido. La vista está puesta en los presupuestos del Estado, que hoy por hoy tienen los números inciertos.