Prudencia y palanca de freno. La reunión entre Pedro Sánchez y Mariano Rajoy de este miércoles se ha saldado con la duda sobre qué pasará si el presidente en funciones no obtiene los apoyos para superar la investidura. El socialista mantiene su 'no' a Rajoy y no aclara si se presentaría como alternativa al líder popular. Rajoy ha retrocedido posiciones y ahora pide una mayoría "estable y con certeza" para dar el salto. Ciudadanos sólo le garantiza a estas alturas una abstención, insuficiente para ser investido y dar estabilidad al gobierno. España ha vuelto al bloqueo de donde no había salido.

Tras el encuentro con el secretario general socialista, Rajoy afirmó que quiere gobernar y ha calculado que se presentaría a la investidura el 2 de agosto. El primer pleno sería el 3, donde se requiere una mayoría absoluta, y el segundo, el 5, donde le haría falta la simple. Sin embargo, la situación se ha complicado para los populares después de que C's haya aprobado "colectivamente" este miércoles una abstención en segunda vuelta para el gallego. El PP se quedaría con 137 escaños y el PSOE aportaría 85 votos negativos. Los números no salen para investir a Rajoy.

Ante ese escenario, el presidente del PP quiere ver cómo evolucionan las negociaciones hasta la constitución de las Cortes el 19 de julio. Según fuentes del Ejecutivo, entonces llamaría a sus rivales para tantear si acepta el encargo del Rey, en una ronda que empezaría el día 26 del mismo mes. Hasta entonces, Rajoy se muestra optimista porque todos los partidos quieren evitar terceras elecciones. Los populares ya han enviado a sus rivales un documento sobre el cual podrían empezar a trabajar a partir del martes para llegar a acuerdos.

El optimismo se rompe ante el portazo del secretario general socialista a facilitarle la investidura o colaborar en la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado con un acuerdo de mínimos. Sánchez votará 'no' a Rajoy y ha dejado en el aire si él se presentaría como candidato, cuando fracasara su rival. "El PSOE siempre estará del lado de las soluciones y evitará terceras elecciones", ha respondido. El de Ferraz ha emplazado a Rajoy a buscar una mayoría entre sus aliados afines en el arco parlamentario y a olvidarse de los socialistas.

Pero Sánchez no deja claro qué pasaría si la abstención de Rivera se convirtiera en un 'sí' y PP y C's sumaran 169 escaños. Los socialistas sólo tendrían que ceder siete abstenciones para que el rival pasara. Según fuentes populares, el PP intentará conseguir que la formación naranja se avenga a un voto afirmativo, hecho que podría redoblar la presión sobre el PSOE. Por ejemplo, Génova se ha abierto a cambiar al modelo de financiación de las comunidades autónomas, además de una rebaja de dos puntos en el IRPF.

Rajoy no se conformaría con un acuerdo que le permita pasar la legislatura y quiere garantizar la aprobación de los presupuestos generales del Estado, el techo de gasto y el déficit. Sin embargo, ha empezado a cuestionar que se pueda presentar a la investidura si nada de eso se obtiene, ni tampoco ya la mayoría para ser presidente. "Si yo tuviera la seguridad de que es imposible que me escogieran presidente, abriría una reflexión con el resto de los partidos para ver la salida a la situación", ha sugerido sobre una solución intermedia aún sin definir.

Los populares creen que ellos son la única posibilidad aritmética de formar a un ejecutivo y si el PSOE no cede, calculan que habrá elecciones el 27 de noviembre. Así las cosas, la posibilidad de que el secretario general del PSOE lo pudiera intentar ha colocado el PP en jaque. Parece que ninguno de los dos quiere mover ficha primero y prefieren que se estrelle el otro primero para decidir después o tomarle el relevo. "Es el tiempo de Rajoy", indicó Sánchez.

La situación recuerda a enero, cuando el gallego rechazó el encargo del Rey y asumió el papel el socialista. Si la secuencia se repitiera sin ninguna solución alternativa, España seguiría en el bloqueo y hacia terceras elecciones.