El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha asegurado este lunes que acepta y encara con buena actitud una legislatura atado a Carles Puigdemont si "el precio a pagar" es "el reencuentro". El líder socialista ha vuelto a insistir en que la amnistía es una medida para la "convivencia", para superar el "trauma" sufrido en Catalunya en 2017; y ha vuelto a opinar que si Alberto Núñez Feijóo no hubiera dependido de Vox y sí de Junts para salir investido presidente del Gobierno, habría impulsado una ley de amnistía para independentistas. Sánchez también ha sido preguntado sobre si llegaría a dimitir en caso de que el Tribunal Constitucional tumbara la ley de amnistía, pero ha evitado contestar esta pregunta, argumentando que como presidente del Gobierno su "responsabilidad" es ser "prudente". "El tiempo pondrá las cosas en su sitio", ha repetido por enésima vez, asegurando que con la amnistía volverá a pasar igual que con los indultos: escándalo en la derecha, pero aceptación de la ciudadanía española al cabo de un tiempo.

"Mi política territorial la definiría como achicar el recelo y el odio, y que gane el reencuentro; si es el precio a pagar, lo daré por bien invertido", ha respondido Pedro Sánchez este lunes cuando, en una entrevista en Telecinco, se le ha preguntado sobre su dependencia con Carles Puigdemont, y la posibilidad de que Junts per Catalunya y también Esquerra Republicana mantengan sobre la mesa grandes exigencias para el PSOE después de haberse aprobado la ley de amnistía. Así, ha reiterado que si —probablemente— la ley de amnistía tira adelante, lo hará con una mayoría de 178 diputados, una mayoría parlamentaria que hace incuestionable la medida. Las "virtudes" de la amnistía, ha dicho, son "la apuesta por la convivencia y el reencuentro de la sociedad catalana".

Sánchez ha puesto un ejemplo económico más que reciente para justificar su política de desinflamación del conflicto entre Catalunya y España, y ha señalado que en Barcelona ha habido unos grandes resultados en pernoctaciones hoteleras este pasado puente de la Constitución y la Purísima. "Eso no pasaba en 2017", ha dicho. "Y no es ninguna abstracción, porque apostar por la convivencia y dejar atrás el pasado y el trauma del 2017 trae consecuencias positivas en términos de desarrollo económico", ha justificado.

Comisión de trabajo para negociar con el PP

Paralelamente, Pedro Sánchez ha avanzado cuáles serán los socialistas que formarán parte de la comisión de trabajo para acordar con el PP una renovación del Consejo General del Poder Judicial, así como abordar la reforma de la financiación autonómica, ahora que los populares controlan buena parte del mapa de las CCAA a consecuencia de los resultados del 28-M. Formarán parte del equipo negociador la número dos del PSOE y vicepresidenta cuarta del ejecutivo español, María Jesús Montero; el exlehendakari y actual portavoz del PSOE en el Congreso de los Diputados, Patxi López; y el ministro de la Presidencia y de Justicia, Félix Bolaños, que también es miembro de la Comisión Ejecutiva Federal del partido. En estos encuentros con el PP, los socialistas también quieren abordar la reforma del artículo 49 de la Constitución, en el que se habla de 'personas disminuidas'.

El presidente español se ha mostrado "abierto" a escuchar propuestas del PP de cara a la necesaria renovación del CGPJ, que ya hace más cinco años que está caducado a causa de la negativa de los populares de renovar a sus miembros, en un órgano donde hay mayoría de vocales conservadores. Este lunes la Moncloa ha ofrecido al gabinete de Alberto Núñez Feijóo tres fechas para la reunión con Sánchez, la primera de la legislatura, con la finalidad de encajar agendas y formalizarla antes de finalizar el año: dos antes de Navidad y una antes de Fin de Año. Los populares, sin embargo, han pedido primer saber de "qué" hablarán antes de fijar el "cuándo".