Ni unas horas han pasado después de la constitución del Parlament y su nueva Mesa para que se vuelva a respirar tensión y tacticismo entre los partidos independentistas. En una comparecencia desde la misma sala de prensa de la Cámara catalana, la líder de la CUP, Dolors Sabater, ha advertido a ERC y JxCat que los votos de su formación "no son un cheque en blanco".

No nos temblará el pulso a la hora de mantener esta firmeza para condicionar. No nos asusta el chantaje. La reanudación del camino de autodeterminación se tiene que hacer con valentía. Los nueve diputados de la CUP tenemos la clave", ha dicho en referencia a las semanas de negociaciones que vienen para formar el nuevo Govern. A estas alturas no es nada claro qué papel podrá y querrá tener el partido anticapitalista en el nuevo Ejecutivo.

 

Sobre el lugar en la Mesa que la CUP ocupará por primera vez en su historia, Sabater ha advertido que no será para contribuir a hacer lo mismo que se hizo en la última legislatura. "La Mesa no representa una repetición de estos últimos tres años", ha advertido. En este sentido, ha instado a reanudar "con valentía" el "camino de la autodeterminación".

Pandemia y 'statu quo'

En clave social, Sabater también ha apremiado a republicanos y postconvergentes a responder las necesidades sociales del país, agravadas por la pandemia de la Covid-19. "Esta nueva legislatura o da respuesta a las demandas sociales del país o de ninguna manera podremos salir adelante. No hay tiempo para esperar. Estamos en tiempo de emergencia", ha dicho.

También ha lanzado un mensaje al empresariado, los Mossos y "los partidos del Estado". "La posición de la CUP asusta al 'statu quo'. Una muestra es la voz que levanta al empresariado, los Mossos y los partidos del Estado," ha celebrado.

Sabater tampoco se ha privado de reprochar una vez más a JxCat que forzaran las negociaciones hasta el último día y ha alertado de que su abstención en la votación a la presidencia del Parlament ha servido para garantizar la mayoría independentista en la Mesa y para advertir a postconvergentes y republicanos que "no nos asustan los chantajes".

Los anticapitalistas también han hecho gala de su "solidaridad anti-represiva" al ceder un voto a Lluís Puig, a quien los dos secretarios de la Mesa de Edad (PSC y Vox) han impedido que delegara su voto. Puig se encuentra exiliado en Bélgica y representa una derrota para la justicia española.