El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, ha viajado a Bruselas y ha aprovechado para hacer polémico comentario landista, digno de las películas de Alfredo Landa en los finales del franquismo.
Revilla se ha fotografiado ante el arco del triunfo del Parque del Cincuentenario, que conmemora la revolución independentista de los Países Bajos del Sur en 1830 para constituir el Reino de Bélgica. El parque fue construido por el rey Leopold II para la Exposición universal de 1880, con un portalón añadido en 1905 que recuerda la Puerta de Brandeburgo de Berlín, e incluye una cuadriga blandiendo la bandera belga.
El presidente de Cantabria, sin embargo, sólo ha visto en ello una "especie de Puerta de Alcalá" de Madrid, lo que ha encendido las redes con todo tipo de ironías. "A las 17:00 me reúno con la comisaria Ferreira, responsable de Fondos Europeos. Hago tiempo en un parque con una especie de Puerta de Alcalá", ha soltado. El parque y la puerta son un homenaje a la independencia belga.
La revolución belga ha sido hasta ahora la única en la que el desencadenante ha sido una ópera. La protesta independentista contra el rey Guillermo I de los Países Bajos estalló el 25 de agosto de 1830 después de que los espectadores asistieron a la ópera La Muette de Portici, de Daniel-François Esprit Aubert en el Teatro La Monnaie de Bruselas.
La ópera encendió los ánimos de los católicos del sur porque la trama está ambientada a Nápoles en 1647, en el contexto histórico de una revuelta encabezada por el pescador Tommaso Aniello (Masaniello) contra el dominio español. En París, donde se estrenó inicialmente, tuvo un gran éxito por la lectura como un símil de la Revolución francesa.
La apertura de La Muette de Portici
Al de salir de la ópera, estallaron las calles de Bruselas y Lieja. Se ocuparon las fábricas y se destruyeron las máquinas. Guillermo I consiguió recuperar la situación enviando tropas militares, pero los sectores radicales reiniciaron la revuelta y empezaron a hablar entonces de secesión. Los reclutas del sur en el ejército holandés desertaron en bloque, y finalmente los Estados Generales de Bruselas votaron a favor de la secesión y declararon la independencia.
El rey Guillermo se encontró con que tenía el grueso de su ejército luchando por el imperio holandés, y especialmente implicado en la guerra de Java, y no realizó más acciones militares contra Bélgica, sino que empezó una negociación.
El último intento holandés
Después de la coronación de Leopoldo I como "rey de los belgas" en 1831, el rey Guillermo de los Países Bajos realizó un último intento para reconquistar Bélgica y restaurar su posición, mediante una campaña militar. Fue la Campaña de los diez días contra un prácticamente inexistente ejército belga, pero fracasó a causa de la intervención militar francesa, que provocó la retirada neerlandesa y ocho años de indefinición, hasta que por el Tratado de Londres de 1839, también conocido como el Tratado de los 24 artículos, Países Bajos, Francia, el Reino Unido, Austria y Prusia, reconocieron la independencia de Bélgica.