El recibimiento institucional de la flama del Canigó en el Parlament, previa a la verbena de Sant Joan, ha sido excepcional. En el auditorio de la cámara había dos asientos vacíos. El primero, del presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, que se encuentra en la cárcel de Soto del Real desde hace ocho meses. El segundo, de la expresidenta del Parlament, Carme Forcadell, que se encuentra privada de libertad en Alcalá Meco. Ahora hace un año ellos dos protagonizaron el acto.

Este hecho ha sido subrayado por el presidente del Parlament, Roger Torrent, durante su parlamento este sábado. "Los dos el año pasado fueron los protagonistas, y ahora vivirán su primer San Joan en la cárcel, como el resto de presos", ha lamentado. No obstante, ha reivindicado que "a pesar de todas las circunstancias adversas y todos los problemas, la llama siempre ha quemado, siempre ha iluminado".

"Hoy más que nunca la flama del Canigó representa los anhelos de libertad", ha defendido el presidente de la cámara. En este sentido, ha hecho un llamamiento a "hacer hogueras lo bastante grandes" para que se vean e todas las cárceles y en el exilio, que "se puedan ver más allá de los barrotes de las prisiones".

Por su parte, la vicepresidenta de Òmnium Cultural, Marina Llansana, ha sostenido que hoy la flama del Canigó tiene más "carga simbólica" que nunca. Ha empezado recordando que quien debería estar en el Parlament es Jordi Cuixart. "Esta llama debe servir para denunciar esta aberración democrática. No la podemos entrar hasta las prisiones, pero estamos seguros de que a los presos políticos les llegará el calor", ha afirmado. Donde sí que llegará, ha añadido, es a Hamburgo, Bruselas, Edimburgo y Ginebra.

El mensaje de Cuixart

A pesar de su ausencia física, el presidente de la entidad cultural ha estado presente a través de un manifiesto que se ha leído, en el que reivindica que "la flama del Canigó es un símbolo de esperanza, que nos demuestra la capacidad de unirnos en momentos difíciles". En este sentido, recuerda cómo el año 1966 consiguió llegar por primera vez a Catalunya a pesar de la dictadura franquista.

"Somos más conscientes que nunca que la causa contra Catalunya es la causa contra la democracia", asegura Cuixart, que añade: "Cuanta más oscuridad nos quieren imponer, más ilusión tenemos para que la luz de la llama llegue a más y más gente". También denuncia la "justicia autoritaria" que los mantiene encarcelados.

El acto institucional ha acabado con gritos de "libertad" por parte de los asistentes en el auditorio del Parlament.