Mariano Rajoy y Pedro Sánchez han entrado en un bucle de reuniones donde el resultado es que no hay acuerdo para que el PSOE apoye una investidura del presidente en funciones. El líder del PP no aclara si se presentará, pero ve en el PSOE la única vía para garantizar una legislatura estable. El socialista le sigue emplazando a una vía que parece ya dinamitada: la de los "conservadores" del arco parlamentario. El PDC y el PNV aseguran que votarán 'no' a Rajoy llegado el caso y Ciudadanos ha vetado los primeros para que pacten con el PP. Rajoy ve ahora más probable la convocatoria de terceros comicios. "Si el PSOE vota 'no', habrá nuevas elecciones", dijo.

Rajoy llegaba a la reunión consciente del 'no' de Sánchez y de las presiones que había recibido este para que se abstuviera. El presidente en funciones trató de redoblar ese clima durante los 55 minutos que duró la cita, relatando la situación de interinidad de más de siete meses que vive España y recordando la urgencia para la aprobación de los presupuestos. Rajoy puso sobre la mesa la idea de la gran coalición. Además, sugerió un programa de reformas basado en 125 puntos que coinciden con los acuerdos que en su momento el PSOE firmó con C's. O incluso, estudiar los 8 puntos del comité federal socialista. Pero ninguna de estas ofertas sirvió para que Sánchez cediera.

"El PSOE ha sido votado por muchos españoles por ser la alternativa al PP", lamentó el secretario general. Sánchez insiste en una división entre la izquierda y la derecha de la cámara y no entiende que se cuestione la autonomía de su formación. Apela a en que el desatascador de la investidura es emular la Mesa del Congreso, donde el PDC y el PNV habrían dado los votos para que se garantizaran dos plazas a PP y C's. "Es necesario que se ponga a trabajar en esa ruta de los 179 que hicieron posible una mayoría conservadora" argumentó, obviando que estas fuerzas no quieren apoyar a Rajoy.

Sánchez insistió al líder popular sobre cuándo se produciría la investidura o si había hablado con la presidenta de la cámara, Ana Pastor. Rajoy no le respondió y acusa al rival de querer que acuda a una ceremonia fallida. A su vez, el socialista evita explicar si su partido podría llegar a darle la abstención, en caso de que C 's se aviniera al 'sí'. Era una posición que algunos barones del partido habían defendido para evitar elecciones. Sánchez reiteró que su voto es 'no', decisión tomada "colegiadamente" por el comité federal, pero no descarta ni niega convocar un referéndum con la militancia para cambios posibles.

Rajoy mantiene la esperanza de seducir al PSOE en el horizonte porque cree que lo importante es que España alcance un gobierno "que pueda gobernar" y no sólo superar una investidura. La cuestión catalana también es un elemento que contempla como posible forma de garantizar a la larga el entendimiento entre las fuerzas "constitucionalistas": C's, PSOE y PP. "El marco de convivencia y el marco Europeo", enfatizó Rajoy en varias ocasiones. Incluso, cuando fue preguntado por El Nacional sobre si el hecho de dejar al PDC sin grupo propio podría preconizar el 'sí' de Albert Rivera.

"Rivera no me ha presionado" y "con C 's nos unen más cosas que no nos separan", fue la respuesta del presidente interino a este diario sobre futuros cambios en el sentido del voto de C's en la investidura. En un inicio, el PP no era reacio al grupo y apelaba a la "cortesía parlamentaria" para dárselo. La formación naranja siempre se ha cerrado en redondo a que la obtenga. Con los votos afirmativos de los populares habría sido posible, pero estos se abstuvieron en la votación.

Con la vía de los nacionalistas volada, Rajoy afirma que se seguirá reuniendo con "otras fuerzas" durante estos días. El presidente interino juega con la carta de que un gobierno entre Podemos, ERC, PDC y Podemos "no lo ve". Eso le lleva a afirmar que no hay otra vía que la suya, o habrá terceras elecciones. Así las cosas, Sánchez no explica si se presentaría como candidato alternativo. Dice que los contactos que ha mantenido con Podemos fueron sólo para la Mesa del Congreso. Y de ser así y si la situación no avanza, el gallego podría acertar en sus previsiones.