Mariano Rajoy ha despreciado públicamente la oferta de diálogo del presidente del Parlament, Roger Torrent, quien le dirigió este lunes una carta donde le pedía dialogar sobre la investidura del cabeza de lista de Junts per Catalunya, Carles Puigdemont. "No la he visto, sé que ha llegado, pero he estado fuera. Nunca en la vida he tenido una reunión para ver cómo se celebra una sesión así", ha denunciado el presidente en la entrevista del periodista Carlos Alsina en Onda Cero de este miércoles, donde Rajoy ha recordado que no le "compete" facilitar el retorno del Puigdemont sin que le detengan.

"Él (Torrent) le envía la misiva a la opinión pública y después al destinatario. Mire, es cosa de los jueces, no del Gobierno. Hay separación de poderes", ha reivindicado el jefe del ejecutivo, dado que el político gerundense está acusado de varios delitos. La respuesta, si bien, era conocida: fuentes de la Moncloa habían advertido que las "cuestiones judiciales" no eran ámbito del Gobierno. En el Partido Popular incluso consideraron "muy cabal" que Rajoy rechazara la oferta de diálogo, aunque ERC y PDeCAT se quejaron ante el Congreso este martes "porque no se cumpliera la voluntad del 21-D".

 

Así las cosas, Rajoy no ha querido entrar en si el tono de Torrent era diferente al del Govern destituido por el 155. "Mire, no se trata de si es conciliador o no", ha respondido. El presidente ha insistido en el cumplimiento de la ley, y ha insinuado que impediría que se celebre la sesión de investidura programada para el día 30 de enero, si por acuerdo de la Mesa se realizara con medios telemáticos. Lo ha anunciado Rajoy cuando ha reconocido que iría en contra "de un acto administrativo que lo motivara". Según informó El Nacional, eso implicaría un recurso previo al Tribunal Constitucional.

Ante ese escenario, Alsina ha preguntado si había garantía de que no se repetiría la circunstancia de no encontrar las urnas del 1-O, en alusión a las declaraciones del ministro de Interior Juan Ignacio Zoido sobre vigilar que Puigdemont no entrara en Catalunya "en un maletero". Rajoy se ha excusado que él solo habría garantizado que no habría referéndum "y no lo hubo". "No tenían junta electoral, no tenían aparato informático...", ha dicho. Ahora bien, después ha respondido que "el operativo policial no lo fija el Gobierno", para sortear la pregunta sobre el escándalo de las cargas policiales.

La cuestión es que Rajoy se ha tenido que defender ante las críticas de que la Moncloa no intervenía nada para evitar que Puigdemont viajara por Europa denunciando al Estado español. "Hemos hecho una cosa que no se había llevado a cabo desde la Segunda Guerra Mundial y ha sido una decisión muy dura: destituir a otro gobierno; la Fiscalía ha actuado, los jueces han actuado", ha recordado. Incluso, se ha atribuido el mérito de que las fuerzas independentistas tuvieran "menos votos y menos escaños" –cuando en el primero de los casos sí que tuvieron más votos que el 1-O y que en los comicios del 27-S de 2015.

La autocrítica sobre la política seguida ante el conflicto soberanista también ha sido nula. Rajoy ha expuesto que los resultados del PP catalán "habían sido muy malos" el 21-D, pero ha recordado que también habían sido la tercera fuerza política en las generales, dentro de las provincias catalanas. "El 98% de la culpa es de los que se han saltado la ley", ha zanjado. Así y todo, no piensa hacer ninguna oferta para paliar la situación: "Dialogaré de todo el que haga falta, pero aquello no ha sido un intento de diálogo, sino un intento de obligar al presidente del gobierno a aceptar un referéndum, con chantajes y amenazas posteriores", ha denunciado.

En cuanto a los casos de corrupción, el presidente ha asegurado que no le molestaba que lo llamaran M. Rajoy, siglas que constan en los papeles de Bárcenas. Ha insistido en que las personas imputadas ya no estaban dentro de su partido y que eran unos 20 casos, de los más de 700.000 afiliados de su formación. También se ha sacudido toda culpa y conocimiento de las tramas Púnica, Gürtel..., a pesar de ser presidente del PP. "Una persona que dirige una gran organización no tiene por qué ser responsable de todo lo que hacen los miembros de una organización, que son centenares de ellos", ha dicho –en un símil que Alsina ha hecho con Artur Mas y CDC.

Sobre los presupuestos generales, Rajoy ha afirmado que Ciudadanos no le había pedido en persona echar a la senadora del PP Pilar Barreiro –investigada– a cambio de su apoyo –aunque el partido de Albert Rivera así lo ha pedido en público. "Ya veremos cuando me lo digan, si es que realmente me lo dicen...", se ha jactado. Eso sí, ha reconocido que estaba en "conversaciones" para la aprobación de las cuentas de 2018, aunque no ha querido informar del estado de las mismas. "La mejor manera que no salga bien una negociación es radiarla o televisarla", ha ironizado.