El presidente, Mariano Rajoy, ha viajado este martes a Bulgaria, justo después del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Popular y de la reunión con el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, país desde donde ha avisado al president Quim Torra de que "no hubo independencia, ni República, ni la habrá". La rotundidad llega después de que PP y PSOE se hayan emplazado a reeditar el pacto para aplicar el 155, si la Generalitat vuelve a desbordar la legalidad. Así y todo, Rajoy ha accedido a una cita con Torra, "como con cualquier otro presidente de comunidad", ha dicho.

"Para hablar, estoy disponible. Mi posición es ya conocida", ha dicho el jefe del ejecutivo, después de recordar las desavenencias que mantuvo con Carles Puigdemont, "su antecesor", le ha aludido. Así y todo, en la Moncloa ofrecen, como dijo Rajoy la semana anterior, "diálogo sin más límite que la ley", por lo que este le ha pedido ese "esfuerzo" al futuro Govern. Eso implica que el ejecutivo se mantiene contrario a cualquier acuerdo relativo a los presos, el referéndum, o a "hacer República", palabras que dijo el jefe del Govern ante el Parlament, en su pleno de investidura.

El número uno del Gobierno ha abogado, pues, por que se recupere "la normalidad". "No quiero que vivamos en la anormalidad permanente", ha incidido. "Hay que cumplir la ley, cualquier gobierno y representante lo tienen que hacer", ha vuelto. Fuentes populares añaden que si hubiera una nueva intervención de la Generalitat, no sería para hacer elecciones, sino diferente. El presidente, si bien, no ha profundizado sobre cuáles eran las líneas rojas para volver al 155, pues el control financiero de la Generalitat se mantiene —que de hecho, ya existía desde el 2015, debido al FLA—.

Así y todo, Rajoy ha insistido en que trabajaría para mantener la unidad entre PP, PSOE y Ciudadanos en la aplicación del 155. Por eso, se ha remitido a la cita con Albert Rivera este jueves a las 9:30h en la Moncloa. Ello llega después de que la formación naranja abogara por mantener la intervención, aunque hubiera Govern, hasta que no se acatara explícitamente la legalidad, una vez oído el discurso de Torra, donde este abogó por "desplegar la República", y una vez conocidos algunos artículos y tuits del president, que el constitucionalismo reprueba como "xenófobos".