Tras conocer los datos del CIS, que auguran al Partido Popular (PP) una tendencia a la baja de 3 escaños, su objetivo de mantenerse en el poder con el apoyo de Ciudadanos ha saltado por los aires. La encuesta estatal deja la suma de estos dos partidos a 15 escaños de la mayoría absoluta, motivo por que los populares han empezado su primer mitin poniendo en marcha el Plan B, como adelantaba El Nacional. Este se basa en centrar la diana en Unidos Podemos y evitar el enfrentamiento con al PSOE, para que le facilite gobernar tras el 26-J.

“Hay una opción que está encabezada no por Pedro Sánchez, sino por Pablo Iglesias, una opción que amenaza con llevarnos a un modelo como Grecia” decía al ministro de Exteriores en funciones y candidato por Alicante, José Manuel García-Margallo. Las palabras de Margallo, que se caracteriza por ser uno de los ministros que habla sin ambages, dejan entre ver el clima que se vive en el seno del PP y orientan el rumbo de su estrategia, ahora que las encuestas auguran el sorpasso de Unidos Podemos al PSOE.

Si el presidente en funciones, Mariano Rajoy, aspira a gobernar, la única opción pasaría por una abstención del secretario general del socialista, Pedro Sánchez. En una tercera posición, según el CIS, Sánchez se colocaría en el centro del tablero y tendría la llave de la gobernabilidad para la conformación de gobierno, debiendo escoger entre la coalición de izquierdas-progresista, o el ejecutivo moderado-conservador.

En medio de este escenario, el giro de guion del PP marca un punto de inflexión en la política española, donde hasta el momento los dos grandes partidos habían rivalizado con un tono marcadamente brusco entre ellos. Muestra fue el debate que ambos protagonizaron el pasado mes de diciembre, donde se insultaron mutuamente. Es por este motivo que hace unas semanas Rajoy renunció a cualquier cara a cara: primero, porque su estrategia de polarización pasa por avivar el miedo a los radicalismos y colocar en el otro polo a Podemos, y segundo, porque palabras como “indecente” no serían agradables de gestionar, si es que juntos tienen que forjar la gran coalición.

Para alcanzar su hito, los populares no dudarán el repetir por activa y por pasiva que la formación de Pablo Iglesias busca romper la unidad de España, así como un gobierno “a la venezolana y no a la valenciana". Estas son las palabras que los candidatos de Rajoy más han repetido el mitin de Torrevieja este viernes. “Hay dos opciones muy claras, la de la Constitución, la libertad, la estabilidad... y los que nos quieren sacar de Europa, del mundo...” ha indicado Margallo.

Delante de este escenario, si el PSOE decidiera lanzarse a la gran coalición, tendría el relato labrado, alegando que Podemos es el "caos", y los constitucionalistas tienen que construir un frente común para pararlo.

Los "restos" de C's

Aunque el CIS le da una tendencia al mantenimiento por lo bajo de sus 123 escaños, los populares confían en aumentar el resultado. Como ha podido saber El Nacional, a partir de fuentes del gobierno en funciones, los de Rajoy consideran que las encuestas son sólo eso, encuestas, y la tendencia se producirá al alza en las próximas semanas. Asimismo, confían al recuperar que los "restos" de una serie de provincias donde C's impidió que el último escaño fuera para el PP, pero donde la formación naranja tampoco consiguió ninguno.

Ante este reto, los populares ya cargan contra los de Rivera. No por casualidad, Rajoy ha empezado el primer mitin de la campaña pasando por Santa Pola, Alicante y Torrevieja, donde entre otras cosas, ha anunciado su compromiso con el Corredor Mediterráneo. El viaje le ha permitido explicar que en aquellos tres municipios C's, Podemos y el PSOE se conjuraron para echar al PP de las alcaldías, aunque este ganó las elecciones, evidenciando que los vetos entre Rivera e Iglesias a veces se difuminan. 

Si bien, Rajoy ha recordado que en Torrevieja hay un gobierno pentapartito, es decir, el súmum del "caos" con que quiere convencer a Sánchez para que le deje gobernar tras el 26-J.