Mariano Rajoy no pondrá ningún impedimento a sus rivales para salvar la investidura y tampoco espera que Pedro Sánchez se lo ponga a él. Mientras se apuntaba en el registro del Congreso, ante la inminente constitución de las Cortes el 19 de julio, Rajoy ha afirmado que cualquier lugar y ubicación será conveniente para encontrarse con el secretario general del PSOE, y el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera. El cabeza de lista del PP sigue exhibiendo el optimismo de los últimos días. Coloca la pelota en el tejado de los demás y evita pensar en un escenario de nuevas elecciones.

"Pedro Sánchez no me ha explicado su posición, y si tuviera una, dudo que fuera definitiva", ha insistido el presidente. En Génova hacen oídos sordos a la posición oficial de Ferraz y dudan de que ésta se mantenga. Los barones insisten en que este sábado 9 de julio se ratificará la negativa a los populares. Rajoy no quiere preocuparse hasta no hablar con el secretario general socialista. "No sé qué podemos arreglar en agosto que no podemos arreglar ya este julio", ha dicho. También le advierte que por más tiempo que pase, la situación no se volverá más amable. El tiempo apremia.

Los argumentos del gobierno en funciones pivotan sobre la idea de que hay que aprobar la senda de déficit que marca la Unión Europea y directivas comunitarias. En el plano doméstico, el Gobierno tiene prisa por sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado. Si estos no se aprueban, las autonomías podrían ver perjudicada la elaboración de los suyos, que deberían hacerse a partir de unos parámetros ficticios. Por ello, Rajoy defiende una coalición que garantice la estabilidad y no un pacto "de mínimos".

"Mire, la cosa irá así: yo me encontraré con quien quiera, donde quiera y el día que quiera y la hora que quiera", ha relatado Rajoy. La última vez que el líder del PP se entrevistó con Sánchez fue el 12 de febrero. La reunión fue tensa y el presidente en funciones no le dio la mano a su rival. Ahora el ánimo de Rajoy es conciliador y coloca el balón en el terreno de PSOE y C's. Estos indican que no darán el paso. "Le corresponde al PP el derecho y la obligación", dijo el primer secretario del PSC, Miquel Iceta.

Albert Rivera también ha dejado el terreno libre para que el encuentro PP-PSOE-C's se produzca. Mientras recogía su acta en el registro ha asegurado que "no hay veto a Rajoy" y "nunca lo ha habido". Las líneas rojas se difuminan. Rivera no quiere asumir los costes de una posible abstención y ha afirmado que si la mesa no sale adelante, C's estará "en la oposición responsable". Tampoco ha descartado un 'sí' a la investidura. Rajoy no se da por vencido.