En medio de la tormenta por la quema de unas fotografías del monarca Felipe VI por parte de la CUP durante la Diada del pasado 11-S, el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, denuncia que sería casi una broma considerar que en España hay un problema con la libertad de expresión. La respuesta del presidente del Ejecutivo no venía por el acontecimiento protagonizado por cinco cupaires y su declaración en la Audiencia Nacional, sino por una pregunta del PSOE sobre la ley mordaza o de seguridad ciudadana durante la sesión de control en el Gobierno este miércoles en el Congreso.

"Ni una sola persona, desde que se aprobó la ley, me ha dicho nada al respecto. Es bueno que no me digan nada porque quiere decir que no es una demanda social" hacerla desaparecer, ha denunciado el presidente ante la pregunta del portavoz socialista, Antonio Hernando. Hernando insta a que se derogue una legislación "represiva", después de que la cámara lo votara así en pleno. Así las cosas, Rajoy cree que denunciar una ley "con efectos positivos" y sin quejas aparentes, sería "sobreactuar y alejarse de la moderación, el sentido común y el interés de todos los españoles", como ha remachado.