La Guàrdia Urbana ha protagonizado 44 casos de "abuso y vulneración de derechos" contra vendedores ambulantes desde 2010. Así lo ha denunciado este martes la directora de SOS Racisme Catalunya, Alba Cuevas, que ha instado al Ayuntamiento de Barcelona a "expulsar del cuerpo" a los agentes responsables de estas vulneraciones. Cuevas lo ha calificado de "racismo institucionalizado".

"La represión por parte de la Guàrdia Urbana, el Código Penal y la Ley de Extranjería" son un "cóctel altamente peligroso para los derechos humanos", ha advertido Cuevas, que ha explicado que de las 44 actuaciones policiales irregulares detectadas por la organización, la mayoría corresponden a acusaciones falsas de atentado contra la autoridad hacia los vendedores y agresiones físicas de los policías contra los manteros.

Ocho de estos casos han tenido lugar bajo el mandato de la alcaldesa Ada Colau. SOS Racisme insta al Ayuntamiento a "identificar y analizar" los abusos y cesar a los "policías que tienen conductas racistas". Según Cuevas, "hay una falta de voluntad en la parte formativa y de seguimiento de cómo son los cuerpos policiales de este país". Ha lamentado que "una sociedad racista tiene una policía racista".

La coordinadora del Servicio de Denuncia de la entidad, Alícia Rodríguez, ha puesto el ejemplo de Manel, un mantero senegalés que ha sido encausado en cuatro ocasiones por delitos de venta ilegal y atentado contra la autoridad "después de acusaciones erróneas y continuadas" de la Guàrdia Urbana. La abogada Lorena Antón ha dicho que, en casos como este, la policía no detiene al vendedor ambulante en el lugar de los hechos, sino que se hace de manera posterior a través de un reconocimiento fotográfico que "no respeta las garantías que requiere la ley para amparar a una persona".