El president de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha hecho un llamamiento a la necesidad de una mediación internacional para abordar el conflicto con España después de la jornada de durísima represión policial desatada por el gobierno de Madrid contra el referéndum de autodeterminación del 1 de octubre.

Esta es una de las conclusiones a las que ha llegado el Govern en la reunión extraordinaria que ha celebrado hoy, el día siguiente del referéndum de independencia, el resultado del cual, según ha reiterado Puigdemont, será vinculante.

"No dejaremos de insistir en lo que ya es un clamor: Este momento pide mediación. Tenemos que estar dispuestos y si aparecen actores sería una irresponsabilidad no aprovecharlo", ha asegurado. El president ha admitido que hace tiempo que se les ha hecho llegar la disponibilidad en este sentido desde diferentes partes, y que estas ofertas se han reiterado las últimas horas.

Ha insistido, como dijo ayer, que Bruselas no puede seguir mirando hacia otra lado, y ha advertido que la Unión Europea tendría que apadrinar estas gestiones de mediación. No ha querido concretar por dónde tendría que llegar dicha mediación, pero sí ha puntualizado que puede provenir de gobiernos regionales o de espacios con pericia en este terreno.

El objetivo hoy era dejar claro que no hay ninguna propuesta concreta sobre la mesa, que el Govern se limita a exponer su disponibilidad y la conveniencia de que se haga, pero que no le corresponde fijar las condiciones. "Si hay voluntad por el otro lado, ya he dicho que candidatos no faltan", ha reiterado.

"Lo que está pasando, aunque no les guste está pasando de verdad y como más tarden en reconocer esta realidad, peor", ha advertido además de insistir en la necesidad en restablecer la normalidad institucional que" se ha visto "alterada por decisiones desproporcionadas".

Al ser interrogado sobre la tibia respuesta de la Comisión Europea ante la represión que ayer se produjo en la calle, el president se ha preguntado si la UE considera a los catalanes como ciudadanos europeos, si no tiene nada que decir ante las imágenes de violencia que se han visto este fin de semana. "La UE tiene que dar explicaciones, no puede seguir escudándose en qué es un asunto interno", ha advertido.

Comisión de investigación

Precisamente, el Govern ha decidido hoy crear una comisión especial de investigación de las violaciones de los derechos fundamentales que se ha cometido en Catalunya. Puigdemont ha recordado que hay una cantidad ingente de información que hay que recopilar, además de acompañar y reconocer a las víctimas y para emprender todas las acciones legales hasta las últimas consecuencias contra los agentes y "responsables —o irresponsables— políticos".

En este punto, ha reclamado la necesidad de que el sistema judicial responda contra estos crímenes con similar contundencia como lo ha hecho contra las urnas. La comisión estará formada por expertos de fuera del ejecutivo y miembros del equipo jurídico del Govern.

Asimismo, el Ejecutivo ha decidido presentarse como acusación particular en estos casos de violencia. "Lo que pasó ayer es la mayor jornada de violencia gratuita que hemos conocido los últimos 40 años. No sólo no se tiene que repetir sino que no puede quedar impune", ha denunciado.

Finalmente, ha exigido la retirada de todos los efectivos que han provocado la violencia en las calles de Catalunya este fin de semana, dado que se trata de un "país donde se movilizan millones de personas sin incidentes y sin necesidad este dispositivo". "La actuación está ya bajo sospecha, con actividades impropias de unas supuestas fuerzas del orden además conviene que nos ahorren el coste a los contribuyentes", ha remachado el president después de insistir en que el ejecutivo estudia presentar denuncia por lesiones y daños.