La operación Catalunya ha sido hoy protagonista de una parte de la sesión de control al president en el pleno del Parlament, donde Carles Puigdemont ha denunciado el uso de instrumentos esenciales del aparato del Estado para combatir a los rivales políticos. "Eso no es democracia", ha advertido. Previamente, la líder de Ciutadans, Inés Arrimadas, había acusado al Govern de hacer un discurso victimista para esconder la corrupción en Catalunya y en CDC, lo cual ha dado pie a que el president ironizara sobre su convencimiento de que el rechazo a la corrupción presidirá las conversaciones de C's con el PP para el nuevo Gobierno español.

Puigdemont ha descalificado la guerra sucia del Estado después que el portavoz del grupo parlamentario de JxSí se ha referido a los informes del Ministerio de Exteriores, la Operación Catalunya, las conversaciones del ministro Fernández Díaz, y las actuaciones del Gobierno español "para combatir con armas convencionales y no convencionales todo lo que hace el Govern". Turull ha preguntado al president qué piensa hacer contra estas "acciones tan repugnantes" para combatir el procés.

"Pues salir adelante sin miedo, sin vacilaciones y contando con la mayoría parlamentaria catalana comprometida con que este país sea un Estado independiente", ha respondido Puigdemont.

El president ha argumentado que, entre otras razones, el objetivo de construir un nuevo Estado obedece a la voluntad de huir de este tipo de prácticas y de una manera de hacer política que mezcla los poderes "de manera impúdica". "Se usan recursos públicos para espiar y fabricar informes difamatorios, calumniantes por el delito de no pensar igual que el gobierno", ha denunciado.

Puigdemont, que se ha referido a poderes del Estado como la judicatura o la policía y la guardia civil, ha advertido que se ha comprometido su trabajo utilizando estas estructuras de manera "muy poco presentable" para combatir al adversario político.

El president se ha referido en concreto al Ministerio de Exteriores y, después de recordar que la acción exterior del Estado español está financiada en un 20 por ciento por Catalunya, ha subrayado que con la independencia Catalunya se garantizará un Estado "que no nos irá a la contra" con la voluntad de "desacreditar el auténtico motor económico del Estado".

En este sentido, ha subrayado el "ridículo" de un Gobierno que se pasa el año sin escuchar a Catalunya excepto un día en que en un informe interno muestra la preocupación porque el procés "funciona".

"El mundo tiene interés en saber y el Gobierno español no, qué está pasando a Catalunya", ha remachado.

Verosimilitud de realidad

Previamente, la presidenta del grupo de Ciudadanos, Inés Arrimadas, había acusado al Govern de esconder los casos de corrupción de Catalunya tras "discursos victimistas". ¿"Cómo se puede luchar contra la corrupción cuando se niega la corrupción a Catalunya y a su partido"?, le ha pedido.

El president ha replicado celebrando la exigencia de Ciudadanos en la lucha contra la corrupción. "Estoy convencido de que figurará en las conversaciones con el PP [para la constitución del nuevo Gobierno español] y serán absolutamente intolerantes con todas aquellas practicas", ha ironizado.

Puigdemont ha rechazado que se niegue la existencia de corrupción en Catalunya, como en otros países, por lo cual ha advertido que la lucha del Govern es para su erradicación y la transparencia. Pero ha exigido "por exigencia democrática y ética" ir más allá de las insinuaciones.

En este punto ha denunciado el hecho de que se hayan vertido recursos públicos del Estado español a intentar "embadurnar gratuitamente a los que defienden la ideología independentista". "En este totum revolutum se aprovecha todo", ha reprochado señalando la "verosimilitud de realidad" en qué, ha reprochado, está instalado Ciudadanos, a quien "les preocupa que puede llegar en el fondo de la cuestión".

"No vale todo en política. No vale la corrupción ni verosimilitud de corrupción para embadurnar a los que tenemos una ideología diferente", ha reprochado.