El president, Carles Puigdemont, ha asegurado este mediodía que no está en la capital belga para pedir asilo político y que no pretende escapar de la Justicia, y ha exigido a los partidos que forman parte del "bloque del 155", en referencia a PP, PSOE y Cs, que dejen claro si aceptarán los resultados de las elecciones del 21 de diciembre. Puigdemont ha comparecido en medio de una gran expectación mediática en el Centro Internacional de Prensa de Bruselas donde ha protagonizado la primera aparición pública desde que se supo que se había marchado a Bélgica.

El jefe del ejecutivo catalán ha explicado que el viernes por la noche después de la votación de la declaración de la República en el Parlament, el Govern reunido en el Palau de la Generalitat decidió unánimemente priorizar la "prudencia, seguridad y moderación" en su estrategia. Ha relatado que se decidió esta manera de actuar ante las noticias que recibían sobre una "ofensiva altamente agresiva y sin precedentes" por parte del gobierno español contra funcionarios que se mantuvieran fieles al Govern legítimo y contra el mismo ejecutivo, y ha avalado sus palabras recordando la querella que ayer presentó al fiscal general del Estado con penas que podrían sumar 500 años de prisión contra los miembros del Consell Executiu y del Parlament.

Con el president han comparecido en Bruselas las conselleres Clara Ponsatí, Meritxell Borràs y Meritxell Serret, y los consellers Joaquim Forn y Toni Comín. El resto del Govern con el vicepresident, Oriol Junqueras, al frente seguían la comparecencia desde el Parlament.

"Este Govern ha preferido garantizar que no habrá violencia. Si el Estado español quiere alzar su proyecto sobre la violencia será su decisión pero no nos puede arrastrar a nosotros a un escenario que todo el movimiento independentista ha rechazado de forma consistente", ha advertido.

En una comparecencia de poco más de media hora en que ha ido intercalando el catalán, castellano y francés, ha asegurado que el ejecutivo no ha querido poner en una situación de riesgo a los funcionarios, aunque eso modere el despliegue de la República. Se trata de un acto de coherencia, ha asegurado, que demuestra que la república catalana "será un Estado diferente": "No hemos llegado hasta aquí para comportarnos como tantas veces hemos criticado que se ha comportado el Estado español", ha añadido.

Ha ilustrado sus palabras recordando que la querella del fiscal general del Estado, José Manuel Maza, confirma la "extrema agresividad y máxima beligerancia" del Estado español, que, según su opinión, no se sustenta jurídicamente, y donde se pide 30 años de prisión para cada uno, con acusaciones que pueden incluir prisión preventiva y fianzas abusivas.

Ante esta situación, ha explicado que "el Govern legítimo de Catalunya ha adaptado su plan de trabajo priorizando cuatro ámbitos de trabajo". A partir de aquí ha detallado, en primer lugar, que una parte del Govern se ha desplazado a Bruselas, el corazón institucional de Europa, para "denunciar la politización de la justicia española, la ausencia de imparcialidad y la voluntad de perseguir las ideas" del Estado español.

La segunda decisión es que el resto del Govern, entre ellos el vicepresidente, Oriol Junqueras, y el cabeza de candidatura de JxSí, Raül Romeva, continuará en Catalunya llevando a cabo actividad política como miembros legítimos del ejecutivo. Tanto los unos como los otros continuarán con su trabajo, dentro de la estrategia de no confrontación.

"No queremos escapar a la acción de la Justicia. No queremos descuidar nuestra responsabilidad ante la Justicia. Nos enfrentaremos políticamente", ha añadido en tercer lugar.

Finalmente, ha hecho un llamamiento a evitar que la aplicación del artículo 155 provoque una "demolición del sistema institucional catalán" y ha asegurado que los independentistas cogerán las elecciones "como un reto democrático". "Estamos totalmente de acuerdo que es votando como se resuelven los problemas, no encarcelando políticos, o violentando funcionarios. Es un reto que cogemos con todas nuestras fuerzas", ha asegurado.

Desafío a PP y PSOE

En este punto, el president ha lanzado un desafío directo al Estado y a las principales fuerzas políticas. "Respetaremos el resultado de las elecciones del 21 de diciembre como hemos hecho siempre, sea cuál sea el resultado, ¿hará el mismo el bloque del 155? ¿Respetará el resultado? Quiero un compromiso claro, que el Estado respetará los resultados. Si no hay un claro compromiso por parte del Estado quiere decir que habrá dos tipos de votantes en Catalunya, de primera clase y de segunda clase," ha advertido.

El president ha recordado que las fuerzas independentistas ya se presentaron el 27-S con un programa en qué exponían claramente su hoja de ruta que acababa con una declaración de independencia, que fue registrada y aceptada por las autoridades electorales sin problema y que, posteriormente, obtuvo un apoyo electoral sin precedentes.

No pedirá asilo político

A preguntas de los periodistas no ha aclarado cuánto tiempo piensa quedarse en Bruselas y lo ha condicionado a la garantía de un juicio justo, pero ha insistido en diferentes ocasiones que se ha desplazado a Bélgica para seguir trabajando con "libertad y seguridad" y no para pedir asilo político.

"Al pueblo de Catalunya le pido que se prepare para un camino largo, tenemos delante un Estado que sólo entiende la razón de la fuerza, y que ha decidido utilizar la violencia, la represión para conseguir que abandonemos nuestro proyecto político y no lo conseguirán", ha advertido por lo cual ha apelado a la unidad, el pacifismo y la democracia como herramienta que "hace invencible" el independentismo. Asimismo, el president ha pedido el máximo reconocimiento y apoyo para los miembros del Govern por el esfuerzo y sacrificio personal que están protagonizado.