El exconseller de Cultura Lluís Puig avisa al PDeCat de que el tiempo se está acabando e insta a sus militantes a pasarse a Junts per Catalunya.

"Pueden seguir yendo en una bicicleta de pedales o coger la eléctrica", apunta en una entrevista a la ACN coincidiendo con el inicio de la asamblea constituyente de 'Juntos'. Candidato a presidir la mesa del congreso que se celebra este sábado y el domingo, Puig alerta de que aunque haya "una doble militancia" sólo se podrá votar un partido a las elecciones. "Este será el final del tráfico del PDeCAT en JxCat", remarca. El exconseller defiende que había que organizar ya el partido de cara a la próxima cita electoral.

 

"Tarde o temprano se convocarán elecciones y no nos podían coger con JxCat sólo como marca comercial", sostiene.

Puig adelanta que habrá "unas semanas o meses de transición" de militantes y afiliados del PDeCAT a 'Juntos'. "En algún momento tendremos que cerrar este tráfico hacia JxCat", dice, recordando que el último consejo nacional del Partido Demócrata votó en un 90% dar este paso.

El exconseller de Cultura reclama que el traspaso se haga "con tranquilidad" y "sin discusiones". "Nadie tiene ganas de provocar enemistades", asegura, pero no concreta si romperá el carné del PDeCAT en caso de que la dirección no se embarque en la nueva formación. Puig niega que aspire a ocupar ningún cargo en la cúpula del partido impulsado por el expresidente Carles Puigdemont.

Con respecto al eje ideológico, Puig reivindica 'Juntos' como "un libro blanco" y no posiciona sobre si se tendría que mantener en el centro como reclaman algunos sectores del PDeCAT o si se tendría que erigir como una nueva formación de izquierdas.

"Quiero pensar que en la ponencia no se hablará de derechas, izquierdos o centro, sino de transversalidad", anticipa. Así, el exconseller apuesta por hacer a un partido independentista "transversal" que permita "afrontar el Estado español". "Es juntos por el país, no por otras cosas", opina.

Desunión de los partidos

Puig admite el "distanciamiento" entre los partidos independentistas en los últimos tiempos, especialmente con ERC. "Es evidente que no hay un objetivo común", subraya. Por eso, defiende que todas las fuerzas se tendrían que marcar "objetivos estratégicos compartidos. "Es lo que teníamos el 1-O", recuerda el exconseller que se enfrenta a una euroorden en Bélgica por la organización del referéndum.

A pesar de esta desunión, Puig ve positivo que con el régimen de semilibertad de los presos la comunicación entre JxCat y ERC haya crecido "exponencialmente". "Hay un diálogo mucho más fluido y fácil gracias a esta nueva condición presidiaria", celebra.

Para rehacer puentes entre las fuerzas, Puig considera esencial que continúe "la presión popular". Aunque el coronavirus ha dominado la agenda pública en los últimos meses, el exconseller no ve el movimiento independentista desmovilizado.