Las campanadas ultras de Ferraz, con insultos y un muñeco de Pedro Sánchez en modo piñata, podrían tener consecuencias legales, ya que el PSOE estudia las vías legales contra el acontecimiento. Este domingo 31 de diciembre, noche de Fin de Año, la organización de ultraderecha Revuelta convocó unas campanadas reivindicativas para tomar la uva delante de la sede federal del PSOE, en la calle Ferraz, y fue un fracaso. Poco más de 300 personas acudieron, pero, sin embargo, se oyeron graves insultos por parte de los participantes y de los presentadores de la gala de las campanadas que se retransmitió en directo. Incluso, colgaron un muñeco de Pedro Sánchez, que los participantes de la quedada podían zurrar con libertad e impunidad. Por este motivo, el PSOE ha anunciado este lunes 1 de enero que "están estudiando todas las vías legales" que afectan "tanto a los participantes como a los organizadores" de la protesta de Ferraz.

"El PSOE está estudiando todas las vías legales, que afectan tanto a los participantes como a los organizadores y a los presentadores en el canal oficial del acontecimiento que se convocó anoche en la calle Ferraz. Creemos que lo ocurrido puede estar incluido dentro de un delito de odio. En todo caso, los hechos, los comentarios escuchados en la retransmisión y todo en su conjunto es la realidad de lo que hemos ido avisando desde hace mucho tiempo. Hay partidos políticos y organizaciones de todo tipo que están instalando el odio en la sociedad española y los demócratas tenemos que poner pie en pared. Sabemos que VOX y sus organizaciones satélites no solo no condenan, sino que avalan este tipo de actos, pero nos gustaría saber qué opina el Partido Popular, el Sr. Feijóo o la Sra. Ayuso. Queremos saber qué opinión tiene un partido que se autodenomina "de Estado". Cuando no se condena, se es cómplice", reza el comunicado emitido por el PSOE.

Ministros del PSOE alzan la voz contra la concentración de la ultraderecha en Ferraz

Ministros del PSOE han denunciado los hechos ocurridos durante la concentración por la noche de Fin de año a Ferraz. "Empezaron asediando las sedes del PSOE y ahora simulan el colgamiento del presidente del gobierno. Basta!", ha clamado la portavoz del ejecutivo, Pilar Alegría, en una publicación en la red social X en la cual ha condenado los mencionados hechos. El ministro de Presidencia, Justicia y Memoria Democrática, Félix Bolaños, también ha condenado el ocurrido. "Ya no solo asedian nuestra sede, ahora también simulan una paliza al presidente del gobierno. Basta de odio. Basta de energúmenos", ha escrito en un mensaje en X, en el cual ha asegurado que el 2024 el ejecutivo continuarán "trabajando por una España más justa, libre, diversa, habitable y tolerante". "Es verdad que han dejado de hacer gracia hace bastante tiempo. Las actitudes complacientes de algunos líderes del PP y de sus terminales mediáticas les han dado alas. Esto no se puede consentir ya", ha señalado, por su parte, el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, en relación con los mismos hechos.

El llamamiento de la organización juvenil en la órbita de Vox, convocante de las protestas que desde noviembre se han celebrado ante la sede socialista, ha reunido apenas a unas 300 personas, según cifras facilitadas por la Delegación del Gobierno en Madrid, si bien otras fuentes apuntan que no llegaban al centenar las personas que han participado en la concentración la medianoche de este domingo. La convocatoria, que seguía la línea de las manifestaciones contra la amnistía que se suceden a la zona desde hace semanas, ha sido retransmitida en directo a través de YouTube por parte de la organización. Un dispositivo policial se ha desplegado en la zona para evitar disturbios en una jornada festiva como la de Fin de Año. El fracaso de la convocatoria es una muestra de cómo han ido perdiendo fuerza las protestas convocadas desde principios de noviembre ante la sede de Ferraz, protestas secundadas y avaladas por dirigentes y cargos de Vox, encabezados por su líder, Santiago Abascal. Las concentraciones, si bien fueron multitudinarias en su inicio y en algunos casos violentas, han ido perdiendo fuerza y asistentes con el paso de los días.