La imagen del PSOE reunido con Junts per Catalunya en Suiza no volverá a repetirse hasta de aquí, como mínimo, unos meses. Porque los socialistas han decidido congelar las tres mesas de diálogo que mantienen vivas con el independentismo hasta que no se produzcan las elecciones catalanas del 12 de mayo. Los espacios de negociación son, recordémoslo, la mesa entre la Moncloa y la Generalitat, la del PSOE con ERC, y la del PSOE con Junts. Los socialistas pretenden, en todo caso, volver a hablar con los dos principales partidos independentistas al día siguiente del 12-M y evaluar entonces qué se hace. Y ya se decidirá entonces si estas mesas se reanudan una vez se haya conformado un Govern de la Generalitat, según explican fuentes de la capitanía del partido de Pedro Sánchez.

Hay que tener en cuenta que este último fin de semana PSOE y Junts se reunieron en Suiza una vez Pere Aragonès ya había anunciado la decisión de convocar elecciones catalanas el mes de mayo. Así, el encuentro entre socialistas y juntaires se produjo en precampaña. En aquella reunión se pactó la creación de cuatro equipos de trabajo para abordar el referéndum, la financiación de Catalunya, la lengua y las competencias en inmigración. En aquel encuentro, la delegación de Junts estuvo compuesta por Carles Puigdemont, Jordi Turull y Míriam Nogueras. Mientras que, por parte del PSOE, hizo acto de presencia el secretario de Organización, Santos Cerdán.

Hace un par de semanas, Pedro Sánchez manifestó en una sesión de control en el Senado su voluntad de celebrar una nueva reunión de la mesa de diálogo entre Generalitat y Moncloa, en tanto que ambas partes acordaron volver a verse las caras el primer trimestre del 2024. Lo decía, además, en respuesta a una pregunta sobre financiación planteada por la senadora Sara Bailac. Pero no se habían convocado todavía elecciones en Catalunya. La convocatoria electoral ha dejado en dique seco el compromiso del presidente socialista.

Confianza sobre la estabilidad de Sánchez después del 12-M

En la sala de máquinas de Ferraz no se pronuncian todavía sobre cuál tendría que ser el socio de Govern de Salvador Illa si el líder de los socialistas catalanes acaba convirtiéndose en presidene de la Generalitat después del 12-M. Señalan que el primer secretario del PSC tiene que tener autonomía en Catalunya.

Sea como sea, es probable que, en caso de que sea Illa quien acaba siendo president de la Generalitat, lo haga en apoyo de uno de los dos principales partidos independentistas. Las mismas fuentes no muestran preocupación por si ERC o Junts (la formación que en este escenario hipotético quedaría fuera de la gobernabilidad catalana) podrían entonces tumbar al Gobierno. Señalan que ambas formaciones independentistas tienen firmados unos acuerdos de investidura en los que se comprometen, según interpretan en Ferraz, a mantener en pie a Pedro Sánchez en la Moncloa.