La rebelión del PSC por mantenerse en el 'no' en la investidura de Mariano Rajoy amenaza de ser castigada por el PSOE con la expulsión de sus órganos de dirección. Según ha sabido El Nacional, ésta fue la advertencia que el presidente de la gestora, Javier Fernández, hizo al primer secretario, Miquel Iceta, en la conversación que mantuvieron la semana anterior. La cuestión es que las demandas por parte de Iceta de "comprensión" hacia el rasgo diferencial catalán, junto al auge del soberanismo, no habrían convencido a la nueva dirección, ahora encabezada por personalidades de la esfera del exsecretario general Alfredo Pérez Rubalcaba.

Después de que el comité federal aceptara por 139 a favor y 96 en contra abstenerse para sacar España de la ingobernabilidad, el socialista asturiano advirtió al PSC que tenía "que asumir" la decisión. Los principales argumentos esgrimidos son el hecho de haber participado de una votación "democrática", donde las decisiones tomadas por los órganos directores se transmiten de forma vinculante al conjunto del grupo parlamentario. Además, algunos barones consultados ven "injusto" que los catalanes disfruten de presencia en la dirección pero actúen a su libre albedrío.

Es por ese malestar que las sanciones al PSC podrían llegar a pasar por replantearse la relación entre ambos partidos, como avisó Mario Jiménez, portavoz de la gestora la semana anterior, y el propio presidente había sugerido antes. Si el partido catalán ratifica –previsiblemente– este martes 25 de octubre su posición en el consell nacional, Ferraz podría quizás mover ficha y echarlos de los órganos de dirección: el congreso federal, la ejecutiva federal y el comité federal. Es decir, donde se elige al secretario general, o se deciden qué directrices políticas sigue la organización a escala nacional.

La decisión no sería menor, dado el caso. Por ejemplo, Meritxell Batet o Carme Chacón, cabeza y excabeza de lista del PSC, ocupaban cargos de envergadura en la ejecutiva del exsecretario general, Pedro Sánchez. La primera se encargaba del programa electoral y la segunda era secretaria de relaciones internacionales. De ese modo, la relación entre PSOE y PSC se igualaría porque los socialistas españoles no tienen actualmente plaza en los órganos directivos de los catalanes.

El cambio podría tal vez derivar en un modelo como el de la CDU –socialcristianos alemanes– con la CSU –sección bávara– y que los catalanes asistieran en calidad de invitados en los órganos directivos del PSOE. Entre el resto de sanciones remotas se podría encontrar la expulsión del grupo parlamentario de los siete diputados socialistas, según ha sabido El Nacional. Sin embargo, las voces que piden este punto son menores y las consecuencias, negativas para el interés del PSC. Por ejemplo, el PSC pasaría al Grupo Mixto del Congreso, ahora masificado, y quedaría arrinconado junto con el Partit Demòcrata Europeu Català.

En el orden de sanciones, incluso, se habría especulado con crear la federación catalana del PSOE, aunque la tentativa no prosperaría porque es el PSC quien tiene la implantación en el territorio catalán.

Los principales promotores del castigo responden a una rama del socialismo relacionada con la vieja guardia y Rubalcaba. Estos han tomado el control del partido y muestra es que Elena Valenciano, defensora de la resolución por la abstención durante el comité federal, fue vicesecretaria general cuando éste era el líder máximo. No por casualidad es el exministro José Blanco el nuevo presidente de la mesa del máximo órgano entre congresos. Blanco es de la máxima confianza de Rubalcaba y éste, a su vez, se posicionó junto con la lideresa andaluza, Susana Díaz, por la abstención.

Mientras tanto, Iceta insiste en pedir "comprensión" para quedarse en el 'no'. Uno de los argumentos invocados es que anteriormente ya se habría roto la disciplina. Ambas formaciones solían votar juntas, pero desde el auge del movimiento soberanista en Catalunya, el PSC había podido posicionarse diferente que el PSOE en cuestiones relacionadas con el derecho a decidir. Si bien siempre se había tratado de una diferenciación en temas catalanes, ahora el PSOE le recuerda que es soberano en un un ámbito que concierne a la política española como es la investidura de un presidente del PP.

El derecho a decidir

No es la primera vez que el PSC molesta al partido grande. En el comité del 9 de julio de este año, Fernández abroncó a Iceta por la propuesta de referéndum "a la canadiense" que circulaba en el PSC. A puerta cerrada, Fernández avisó: "Si los socialistas catalanes continúan por el camino de la consulta tendrían que replantearse su relación con el PSOE". El asturiano insistió: no entendía "por qué [los socialistas catalanes] se han metido en eso" después de que todos acordaran en Granada que la salida a "la crisis territorial" es una reforma federal de la Constitución, como propugnan en Ferraz.

Los otros díscolos

Sin embargo, no es el PSC el único que amenaza con seguir en el 'no'. La diputada zaragozana Susana Sumelzo; el vasco Odón Elorza; quizás la sección balear de Francina Armengol, y la independiente Margarita Robles han anunciado que podrían seguir defendido la negativa en Rajoy, aunque les cueste sanciones económicas. Ante ese reto, el presidente de la gestora mantiene un ademán tranquilo mientras afirma que tratará de "persuadirles". Es el mismo ademán de "aquí no pasa nada" que mantiene con Iceta, mientras por detrás algunos ya insinúan que existe la amenaza de expulsar a los díscolos.