"Las negociaciones empiezan hoy". Así de clara ha sido la portavoz parlamentaria del PSC, Alícia Romero, poco antes de entrar a la última reunión sectorial que mantendrá su partido con el Govern de la Generalitat para intentar llegar a un acuerdo para los presupuestos del 2023. Después de semanas de encuentros técnicos, los socialistas y el ejecutivo llegan al final este jueves al ecuador de las negociaciones. Una vez el PSC haya compartido sus últimas demandas, ahora será el turno de valorar las contraofertas del Govern y presentar sus réplicas. "A partir de ahora trabajaremos las reuniones de verdad para obtener concreciones", ha explicado.

Un proceso que se producirá cuando el ejecutivo y los comunes ya han cerrado su acuerdo para las cuentas del próximo año. El pacto, escenificado este miércoles en el Palau de la Generalitat entre Pere Aragonès y Jéssica Albiach no ha irritado mucho a los socialistas: aseguran que su contenido en general no les "chirría" demasiado, y de hecho comparten la mayoría de las demandas. Ahora bien, el ámbito de la fiscalidad sí que podría convertirse en un escollo, teniendo en cuenta las diferentes concesiones que han conseguido los lilas: una modificación del impuesto sobre el patrimonio al alza, y tasas sobre las viviendas vacías, los cruceros y los alimentos ultraprocesados. El PSC ya ha reiterado que apuestan por una "prudencia fiscal" y no tocar los impuestos, y ya han pedido dejarlos en standby. Alícia Romero ha matizado que habrá que ver "los detalles" de estas medidas fiscales "para ver si hay discrepancias".

Pero este no es el único punto que inquieta a los de Salvador Illa. Durante semanas, los socialistas han compartido sus exigencias para llegar a un acuerdo para los presupuestos, que se centran alrededor de cinco macroproyectos: tres de ellos son la ampliación del aeropuerto del Prat, el Hard Rock y la Ronda Nord, mientras que los otros dos se mantienen bajo secreto de sumario. Si hasta ahora el PSC no había recibido ninguna respuesta sobre estas demandas, las declaraciones de la consellera Laura Vilagrà a los medios de comunicación rechazándolos todos ha sido un cubo de agua fría. Por eso Alícia Romero ha pedido "discreción" a la delegación del Govern con el fin de generar la confianza necesaria en las negociaciones. Y lo ha complementado con una advertencia clara: todas estas propuestas del PSC son "proyectos fundamentales" para que el partido dé su visto bueno a los presupuestos. "Si hay una negativa, nosotros no haremos ninguna adhesión. ERC tiene que ceder", ha avisado Romero.

La amenaza de una enmienda a la totalidad

Y si ERC no cede, el PSC se muestra completamente dispuesto a dificultar los planes de Pere Aragonès, que entonces se vería obligado a buscar un apoyo de Junts que parece aún lejos de estar garantizado. De hecho, la portavoz socialista incluso ha hecho planear la sombra de la enmienda a la totalidad si el Govern lleva los presupuestos en el Parlament sin el apoyo de los 33 diputados de Salvador Illa. Una vez más Alícia Romero se ha sacudido de las prisas y ha defendido que el calendario no los presiona, recordando que ya hace muchos meses que alargan la mano al ejecutivo. El objetivo, al fin y al cabo, es conseguir unos buenos presupuestos, tarden lo que tarden.